martes, 28 de abril de 2015

Textos de EDUARDO GALEANO. 23 de abril de 2015. DÍA DEL LIBRO





23 DE ABRIL DE 2015 – DÍA DEL LIBRO HOMENAJE A: EDUARDO GALEANO

(Montevideo, Uruguay, 3 de septiembre de 1940 - ib., 13 de abril de 2015)

UN MAR DE FUEGUITOS, de Eduardo Galeano
Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo.
A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.
-El mundo es eso -reveló-. Un montón de gente, un mar de fueguitos.
Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.
El libro de los abrazos


LA FUNCIÓN DEL ARTE

Diego no conocía la mar. El padre, Santiago Kovadloff, lo llevó a descubrirla.
Viajaron al sur.
Ella, la mar, estaba más allá de los altos médanos, esperando.
Cuando el niño y su padre alcanzaron por fin aquellas cumbres de arena, después de mucho caminar, la mar estalló ante sus ojos. Y fue tanta la inmensidad de la mar, y tanto su fulgor, que el niño quedó mudo de hermosura.
Y cuando por fin consiguió hablar, temblando, tartamudeando, pidió a su padre:
- ¡Ayúdame a mirar!

El libro de los abrazos

 
Los Nadies

Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadies con salir de pobres, que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte, que llueva a cántaros la buena suerte; pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca, ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte, por mucho que los nadies la llamen y aunque les pique la mano izquierda, o se levanten con el pie derecho, o empiecen el año cambiando de escoba.
Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada.
Los nadies: los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos:
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones, sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local.
Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata.

El libro de los abrazos
 
El diagnóstico y la terapéutica

El amor es una enfermedad de las más jodidas y contagiosas. A los enfermos, cualquiera nos reconoce. Hondas ojeras delatan que jamás dormimos, despabilados noche tras noche por los abrazos, o por la ausencia de los abrazos, y padecemos fiebres devastadoras y sentimos una irresistible necesidad de decir estupideces.
El amor se puede provocar, dejando caer un puñadito de polvo de quereme, como al descuido, en el café o en la sopa o el trago. Se puede provocar, pero no se puede impedir. No lo impide el agua bendita, ni lo impide el polvo de hostia; tampoco el diente de ajo sirve para nada. El amor es sordo al Verbo divino y al conjuro de las brujas. No hay decreto de gobierno que pueda con él, ni pócima capaz de evitarlo, aunque las vivanderas pregonen, en los mercados, infalibles brebajes con garantía y todo.

El libro de los abrazos
 
LA FUNCIÓN DE LECTOR

Cuando Lucía Peláez era muy niña, leyó una novela a escondidas. La leyó a pedacitos, noche tras noche, ocultándola bajo la almohada. Ella la había robado de la biblioteca de cedro donde el tío guardaba los libros preferidos.
Mucho caminó Lucía, después, mientras pasaban los años.
En busca de fantasmas caminó por los farallones sobre el río Antioquia y en busca de gente caminó por las calles de las ciudades violentas.
Mucho caminó Lucía, y a lo largo de su vida iba siempre acompañada por los ecos de los ecos de aquellas lejanas voces que ella había escuchado, con sus ojos, en la infancia.
Lucía no ha vuelto a leer ese libro. Ya no lo reconocería. Tanto le ha crecido adentro que ahora es otro, ahora es suyo.

El libro de los abrazos
 
Celebración de la fantasía

Fue a la entrada del pueblo de Ollantaytambo, cerca del Cuzco. Yo me había despedido de un grupo de turistas y estaba solo, mirando de lejos las ruinas de piedra, cuando un niño del lugar, enclenque, haraposo, se acercó a pedirme que le regalara una lapicera. No podía darle la lapicera que tenía, porque la estaba usando en no sé qué aburridas anotaciones, pero le ofrecí dibujarle un cerdito en la mano.
Súbitamente, se corrió la voz. De buenas a primeras me encontré rodeado de un enjambre de niños que exigían, a grito pelado, que yo les dibujara bichos en sus manitas cuarteadas de mugre y frío, pieles de cuero quemado: había quien quería un cóndor y quién una serpiente, otros preferían loritos o lechuzas y no faltaba los que pedían un fantasma o un dragón.
Y entonces, en medio de aquel alboroto, un desamparadito que no alzaba más de un metro del suelo, me mostró un reloj dibujado con tinta negra en su muñeca:
-Me lo mandó un tío mío, que vive en Lima –dijo.
-¿Y anda bien? -le pregunté.
-Atrasa un poco -reconoció.
 El libro de los abrazos



Celebración de la voz humana/2

Tenían las manos atadas, o esposadas, y sin embargo los dedos danzaban, volaban, dibujaban palabras. Los presos estaban encapuchados; pero inclinándose alcanzaban a ver algo, alguito, por abajo. Aunque hablar estaba prohibido, ellos conversaban con las manos.
PinioUngerfeld me enseñó el alfabeto de los dedos, que en prisión aprendió sin profesor:
- Algunos teníamos mala letra- me dijo-. Otros eran unos artistas de la caligrafía.
La dictadura uruguaya quería que cada uno fuera nada más que uno, que cada uno fuera nadie: en cárceles y cuarteles, y en todo el país, la comunicación era delito.
Algunos presos pasaron más de diez años enterrados en solitarios calabozos del tamaño de un ataúd, sin escuchar más voces que el estrépito de las rejas o los pasos de las botas por los corredores.
Fernández Huidobro y Mauricio Rosencof, condenados a esa soledad, se salvaron porque pudieron hablarse, con golpecitos, a través de la pared.
Así se contaban sueños y recuerdos, amores y desamores; discutían, se abrazaban, se peleaban; compartían certezas y bellezas y también compartían dudas y culpas y preguntas de esas que no tienen respuesta.
Cuando es verdadera, cuando nace de la necesidad de decir, a la voz humana no hay quien la pare. Si le niegan la boca, ella habla por las manos, o por los ojos, o por los poros, o por donde sea. Porque todos, toditos, tenemos algo que decir a los demás, alguna cosa que merece ser por los demás celebrada o perdonada.

El libro de los abrazos


CELEBRACIÓN DE LA AMISTAD

Juan Gelman me contó que una señora se había batido a paraguazos, en una avenida de París, contra toda una brigada de obreros municipales. Los obreros estaban cazando palomas cuando ella emergió de un increíble Ford a bigotes, un coche de museo, de aquellos que arrancaban a manivela; y blandiendo su paraguas, se lanzó al ataque.
A mandobles se abrió paso, y su paraguas justiciero rompió las redes donde las palomas habían sido atrapadas. Entonces, mientras las palomas huían en blanco alboroto, la señora la emprendió a paraguazos contra los obreros.
Los obreros no atinaron más que a protegerse, como Pudieron, con los brazos, y balbuceaban protestas que ella no oía: más respeto, señora, haga el favor, estamos trabajando, son órdenes superiores, señora, por qué no le pega al alcalde, cálmese, señora, qué bicho la picó, se ha vuelto loca esta mujer...
Cuando a la indignada señora se le cansó el brazo, y se apoyó en una pared para tomar aliento, los obreros exigieron una explicación.
Después de un largo silencio, ella dijo:
—Mi hijo murió.
Los obreros dijeron que lo lamentaban mucho, pero que ellos no tenían la culpa. También dijeron que esa mañana había mucho que hacer, usted comprenda...
—Mi hijo murió –repitió ella.
Y los obreros: que sí, que sí, pero que ellos se estaban ganando el pan, que hay millones de palomas sueltas por todo París, que las jodidas palomas son la ruina de esta ciudad...
—Cretinos –los fulminó la señora.
Y lejos de los obreros, lejos de todo, dijo:
—Mi hijo murió y se convirtió en paloma.
Los obreros callaron y estuvieron un largo rato pensando. Y por fin, señalando a las palomas que andaban por los cielos y los tejados y las aceras, propusieron:
—Señora: ¿por qué no se lleva a su hijo y nos deja trabajar en paz?
Ella se enderezó el sombrero negro:
—¡Ah, no! ¡Eso sí que no!
Miró a través de los obreros, como si fueran de vidrio, y muy serenamente dijo:
—Yo no sé cuál de las palomas es mi hijo. Y si supiera, tampoco me lo llevaría. Porque ¿qué derecho tengo yo a separarlo de sus amigos?
Mujeres


Caminos de alta fiesta

¿Adán y Eva eran negros?
En África empezó el viaje humano en el mundo. Desde allí emprendieron nuestros abuelos la conquista del planeta. Los diversos caminos fundaron los diversos destinos, y el sol se ocupó del reparto de colores.
Ahora las mujeres y los hombres, arcoíris de la tierra, tenemos más colores que el arcoíris del cielo; pero somos todos africanos emigrados. Hasta los blancos blanquísimos vienen de África.
Quizá nos negamos a recordar nuestro origen común porque el racismo produce amnesia, o porque nos resulta imposible creer que en aquellos tiempos remotos el mundo entero era nuestro reino, inmenso mapa sin fronteras, y nuestras piernas eran el único pasaporte exigido.

Espejos. Una historia casi universal


¿Cómo pudimos?

Ser boca o ser bocado, cazador o cazado. Ésa era la cuestión.
Merecíamos desprecio, o a lo sumo lástima. En la intemperie enemiga, nadie nos respetaba y nadie nos temía. La noche y la selva nos daban terror. Éramos los bichos más vulnerables de la zoología terrestre, cachorros inútiles, adultos pocacosa, sin garras, ni grandes colmillos, ni patas veloces. Ni olfato largo.
Nuestra historia primera se nos pierde en la neblina. Según parece, estábamos dedicados no más que a partir piedras y a repartir garrotazos.
Pero uno bien puede preguntarse: ¿No habremos sido capaces de sobrevivir, cuando sobrevivir era imposible, porque supimos defendernos juntos y compartir la comida? Esta humanidad de ahora, esta civilización del sálvese quien pueda y cada cual a lo suyo, ¿habría durado algo más que un ratito en el mundo?
Espejos. Una historia casi universal



Edades

Nos ocurre antes de nacer. En nuestros cuerpos, que empiezan a cobrar forma, aparece algo parecido a las branquias y también una especie de rabo. Poco duran esos apéndices, que asoman y caen.
Esas efímeras apariciones, ¿nos cuentan que alguna vez fuimos peces y alguna vez fuimos monos? ¿Peces lanzados a la conquista de la tierra seca? ¿Monos que abandonaron la selva o fueron por ella abandonados?
Y el miedo que sentimos en la infancia, miedo de todo, miedo de nada, ¿nos cuenta que alguna vez tuvimos miedo de ser comidos? El terror a la oscuridad y la angustia de la soledad, ¿nos recuerdan aquel antiguo desamparo?
Ya mayorcitos, los miedosos metemos miedo. El cazado se ha hecho cazador, el bocado es boca. Los monstruos que ayer nos acosaban son, hoy, nuestros prisioneros. Habitan nuestros zoológicos y decoran nuestras banderas y nuestros himnos.

Espejos. Una historia casi universal


Breve historia de la civilización

Y nos cansamos de andar vagando por los bosques y las orillas de los ríos.
Y nos fuimos quedando. Inventamos las aldeas y la vida en comunidad, convertimos el hueso en aguja y la púa en arpón, las herramientas nos prolongaron la mano y el mango multiplicó la fuerza del hacha, de la azada y del cuchillo. Cultivamos el arroz, la cebada, el trigo y el maíz, y encerramos en corrales las ovejas y las cabras, y aprendimos a guardar granos en los almacenes, para no morir de hambre en los malos tiempos.
Y en los campos labrados fuimos devotos de las diosas de la fecundidad, mujeres de vastas caderas y tetas generosas, pero con el paso del tiempo ellas fueron desplazadas por los dioses machos de la guerra. Y cantamos himnos de alabanza a la gloria de los reyes, los jefes guerreros y los altos sacerdotes.
Y descubrimos las palabras tuyoy mío y la tierra tuvo dueño y la mujer fue propiedad del hombre y el padre propietario de los hijos.
Muy atrás habían quedado los tiempos en que andábamos a la deriva, sin casa ni destino.
Los resultados de la civilización eran sorprendentes: nuestra vida era más segura pero menos libre, y trabajábamos más horas.

Espejos. Una historia casi universal



Don Quijote

Marco Polo había dictado su libro de las maravillas en la cárcel de Génova.
Exactamente tres siglos después, Miguel de Cervantes, preso por deudas, engendró a don Quijote de  La Mancha en la cárcel de Sevilla.
Y ésa fue otra aventura de la libertad, nacida en prisión.
Metido en su armadura de latón, montado en su rocín hambriento, don Quijote parecía destinado al perpetuo ridículo. Este loquito se creía personaje de novela de caballería y creía que las novelas de caballería eran libros de historia.
Pero los lectores, que desde hace siglos nos reímos de él, nos reímos con él.
Una escoba es un caballo para el niño que juega, mientras el juego dura, y mientras dura la lectura compartimos las estrafalarias desventuras de don Quijote y las hacemos nuestras. Tan nuestras las hacemos que convertimos en héroe al antihéroe, y hasta le atribuimos lo que no es suyo. Ladran, Sancho, señal que cabalgamos es la frase que los políticos citan con más frecuencia. Don Quijote jamás la dijo.
El caballero de la triste figura llevaba más de tres siglos y medio de malandanzas por los caminos del mundo, cuando el Che Guevara escribió la última carta a sus padres. Para decir adiós, no eligió una cita de Marx. Escribió: Otra vez siento bajo mis talones el costillar de Rocinante. Vuelvo al camino con mi adarga al brazo.
Navega el navegante, aunque sepa que jamás tocará las estrellas que lo guían.

Espejos. Una historia casi universal

lunes, 27 de abril de 2015

EL TEXTO Y SUS PROPIEDADES. 3ºESO


Entra en la siguiente dirección para ver las diapositivas sobre el tetxto y sus propiedades:

LAS PROPIEDADES DEL TEXTO

lunes, 20 de abril de 2015

CLASIFICACIÓN DE LA ORACIÓN SIMPLE. 3ºESO



 
 

 
       
 
    A) ACTITUD DEL HABLANTE  
 
   
Enunciativas Afirmativas  
        Hoy me presentaré al examen de recuperación
        Negativas  
        Hoy no me presentaré al examen de recuperación
           
      Interrogativas Directas Totales
          ¿Te gusta el té?
          Parciales
          ¿Cuál es tu actor favorito?
           
        Indirectas* Totales
          Me pregunto si nuestros vecinos estarán casados.
          Parciales
No sé cuándo se habrán casado.
         
         
           
      Exclamativas ¡Vaya coche se ha comprado!
      Desiderativas Ojalá venga a visitarme Jaime.
      Dubitativas Tal vez apruebe el examen.
      Exhortativas Siéntate y escucha.
 
   
 
 
       
   
    B) SEGÚN SU ESTRUCTURA      
   
BIMEMBRES o completas (Contienen los dos constituyentes primarios de la oración : SUJETO Y PREDICADO

   
El gobierno anuncia medidas urgentes contra la pobreza.

         
     
UNIMEMBRES o incompletas (No tienen sujeto)
 
     
Oraciones Impersonales: Hay muchos niños en el parque.
 
     

 
     
 
         
     
     
 
 
     

 
     

 
     

 
   


 
     

 
   


 
     

 
   


 
     

 
     

 
 
       
       
   
    C)SEGÚN LA NATURALEZA DEL PREDICADO  
   
Atributivas o copulativas
   
Ese futbolista es muy afortunado.
     
Predicativas
 
Activas (sujeto agente)
         
La policía persigue al ladrón.
         
Transitivas
          La ONU ha acordado la paz.
         
Reflexivas
         
Andrés se peina.
         
Recíprocas
         
Ellos se besan .
   

Intransitivas
       
Las ruinas se encuentran en ese cerro.
   
   
Pasivas (sujeto paciente)
           
Pasivas propias (verbo en voz pasiva)
           
El ladrón es perseguido por la policía.
       
Pasivas reflejas (se + verbo en voz activa)
       
Se necesita camarero.

viernes, 10 de abril de 2015

ORACIONES COORDINADAS: NEXOS. 3ºESO


CARACTERÍSTICAS DE LAS ORACIONES COORDINADAS
1. Están unidas o enlazadas por conjunciones coordinantes.
2. Cada proposición posee sentido completo.
3. Sintácticamente las proposiciones son independientes entre sí, aunque gracias a las conjunciones constituyen una oración compleja.
CLASES DE ORACIONES COORDINADAS
COORDINACIÓN
CONJUNCIONES SIGNIFICADO
EJEMPLOS
COPULATIVA

y, eni (proposiciones negativas)
junto con, además de, amén de
SUMA (el significado de una proposición se suma al de otra u otras.)
Bebe y habla incansablemente.
Ni come ni deja comer.
DISYUNTIVA
o, u, o bien
EXCLUSIÓN (si una proposición es verdadera, la otra es falsa.) ¿Te quedas en casa o te unes a nosotros?
ADVERSATIVA pero, mas, sino (que), sin embargo, no obstante, antes, antes bien, excepto, por lo demás, etc.
OPOSICIÓN (lo que se afirma en una proposición contradice total o parcialmente lo que se dice de la otra.) Iría contigo, pero tengo un compromiso.
DISTRIBUTIVA
bien...bien, ora...ora, ya...ya, unas veces... otras...
uno(s)... otro(s)
este...aquel
aquí...allí

ALTERNANCIA (las proposiciones expresan acciones alternantes que no se excluyen.) Unos días sonríe, otros llora sin consuelo.
EXPLICATIVA esto es, es decir, o sea (que)
EXPLICACIÓN (una proposición explica el sentido de la otra.) Son actrices jóvenes, o sea, no tienen experiencia.

jueves, 9 de abril de 2015

VALORES DEL "SE". 3º ESO




Categoría gramatical
Función

Ejemplos
SE" pronombre personal átono de 3ª persona o “falso se”
Se utiliza el pronombre personal SE como sustituto o variante de LE, LES (complemento indirecto) cuando le sigue inmediatamente un pronombre LO, LA, LOS, LAS en función de complemento directo:
CI

-Equivale a:
a él /ella
a ellos / ellas
Le di el libro. / Se lo di.
Les entregué el trabajo / Se lo entregué
*se utiliza en lugar de le/les cuando está presente otro pronombre de 3ª persona
 “SE” pronombre reflexivo
Sustituye a un SN que coincide con el sujeto. En las oraciones reflexivas, el sujeto ejecuta una acción que recae sobre sí mismo. Admite el refuerzo “a sí mismo”.

CD
CI *
*Será CI cuando en la oración ya haya expreso un CD
-Admite el refuerzo:
a sí mismo
-(alterna con las restantes personas: me, te, nos, os)
Carlos se (CD)peina
Carlos se(CI) peina el pelo

“SE” pronombre recíproco
Aparece cuando dos o más sujetos ejecutan sobre otro idéntica acción.
Se utiliza de la misma manera que el anterior, pero cuando el sujeto es múltiple o plural y se entiende que cada individuo del sujeto realiza la acción del verbo hacia el otro o los otros.
CD
CI*
*Será CI cuando en la oración ya haya expreso un CD
-Admite el refuerzo:
mutuamente, el uno al otro, los unos a los otros
-(alterna con las restantes personas: me, te, nos, os)
María y Carmen se(CD) vieron
Los jugadores se (CI) cambiaron las camisetas (CD)






Categoría gramatical
Función
 Ejemplos
“SE” morfema pronominal
El pronombre forma parte de la unidad léxica del verbo, se analiza conjuntamente con él y no cumple función sintáctica.
(alterna con las restantes personas: me, te, nos, os)
El pronombre se analiza conjuntamente con el verbo y no cumple función sintáctica.

 Se quejaba continuamente
 “SE” pasivo reflejo
El sujeto expresado no produce la acción sino que la sufre (paciente), pero el verbo va en voz activa.
(Exclusivamente en 3ª persona)
Morfema/ índice/ marcador de pasiva-refleja
Los perfumes se extraen de las plantas.
 Se desconvocó la reunión.
 Se vendieron varios cuadros.
 “SE" impersonal
En las oraciones impersonales reflejas, el pronombre SE es un incremento verbal que indica el carácter reflejo e impersonal de la oración, sin ninguna otra función.
(Exclusivamente en 3ª persona)
Morfema de impersonalidad sintáctica

Se habló de todo un poco.
Se come muy bien aquí.