MODERNISMO Y GENERACIÓN DEL 98
El MODERNISMO
es un
movimiento artístico de ámbito internacional que nace en Hispanoamérica con autores como José Martí, y será Rubén Darío quien lo introducirá en España. Supuso una reacción contra la
estética realista que se venía imponiendo en Europa desde mediados de siglo XIX. Los autores que se enmarcan en esta
corriente suelen estar marcados por el llamado “mal del siglo” (hastío vital,
escepticismo, pesimismo, insatisfacción, descontento, desconfianza, desánimo,
melancolía, abulia), y son cosmopolitas, han viajado y conocen otras culturas.
Está influido directamente por el Simbolismo y el Parnasianismo franceses, y conectado con la esencia del
Romanticismo. En él se observan rasgos como el culto a la belleza, la búsqueda del ideal y
el rechazo de la mediocridad. Llama la atención el lenguaje lujoso que cultiva. Otro rasgo notorio es la evasión y el gusto
por culturas lejanas y exóticas, o por lo primitivo. En las obras modernistas se aprecia la
importancia del paisaje, las viejas ciudades, el tedio vital y los personajes
abúlicos. Hay un gusto predominante por
temas paganos y sensuales, que a menudo se adentran en la pornografía o el
satanismo.
Rubén Darío, principal
representante del movimiento, persigue la perfección formal y rinde culto a la
belleza sensible en sus obras Azul,
Prosas profanas y Cantos de vida y
esperanza. Junto a él se encuentran Manuel
Machado, cuyos poemas modernistas se caracterizan por la confluencia del
simbolismo y el interés por lo popular; y un Juan Ramón Jiménez en su primera etapa, la sensitiva,
caracterizada por la muestra de sentimientos melancólicos y angustiosos, el
empleo de símbolos y el uso de una expresión musical y evocadora.
En el marco de este movimiento, es
ineludible nombrar a escritores como Antonio Machado o Valle-Inclán, los cuales han sido
asociados a la GENERACIÓN DEL 98. Con este término, acuñado por el
escritor Azorín, se conoce a un grupo de autores de principios del siglo XX que cultivaron un tipo de
literatura con algunos rasgos comunes. Poseían un ideario político marcado y usaban
la literatura para la difusión de sus ideas, pues se vincularon al pensamiento regeneracionista,
que buscaba una respuesta para la sociedad española, asolada por problemas como la escasa
industrialización, la falta de reforma agraria, el caciquismo y el inmovilismo
de la oligarquía dominante.
Hoy la crítica no los considera
esencialmente distintos al Modernismo, sino que ve en el grupo del 98 la aportación
española a ese movimiento con el que posee muchas afinidades. Muestran un gusto por la prosa fluida,
natural, antirretórica, alejada de la práctica de los realistas. Con ellos, la novela de principios de
siglo se enriqueció al dar lugar a lo ensayístico, a la descripción
paisajística, al lirismo intimista y la narración propiamente dicha.
Descubrieron en el austero paisaje
castellano, a pesar de que casi todos nacieron en la periferia, un motivo de
inspiración. También compartieron una visión pesimista de la sociedad española,
a la que pretendieron regenerar. Uno de los primeros autores destacados es José Martínez Ruiz, Azorín, de quien destacan novelas como La voluntad, de 1902. En sus novelas da la
sensación de que el tiempo no pasa. Hay una visión estática de seres y objetos.
Busca la esencia de lo intemporal.
Otro autor importante fue Miguel de Unamuno. Rector de la
universidad de Salamanca, intelectual de inmenso prestigio, fue más conocido
como pensador que como autor de ficción, aunque él siempre se consideró sobre
todo poeta. En su obra plasmó sus inquietudes vitales, siempre en torno a
la lucha entre la fe y la razón. Además de sus ensayos, como En torno al casticismo, destacan sus novelas. Fueron importantes Niebla, donde enfrenta al
personaje protagonista con el autor, el propio Miguel de Unamuno, para hablar del papel de la
literatura, o San Manuel Bueno, mártir, de nuevo alrededor del tema de la pérdida de la fe.
El gran narrador de la generación, no
obstante, fue Pío Baroja, autor de
más de sesenta novelas. Quizá las más
importantes fueran las de su primera época, hasta los años 20. Títulos como La busca o El árbol de la ciencia muestran una síntesis
entre el realismo al estilo de Galdós (escenas cotidianas y costumbristas, de
la clase media o baja) con las novedades del siglo XX. Sus protagonistas tienen
trazas autobiográficas, caracterizados por la inadaptación y su enfrentamiento
con el mundo. Se aprecia en ellos la influencia del darwinismo social, según el cual la
dinámica social es paralela a la naturaleza y sus personajes luchan por
adaptarse a la sociedad.
Antonio
Machado es, por otro lado, el mejor poeta de este grupo. Su primer libro, Soledades. Galerías y otros poemas, de 1907, respira un
tono modernista, con inquietud por el cromatismo y los versos audaces, pero en
un clima más moderado que Rubén Darío. Al contacto con la tierra soriana, donde se enamoró
y casó, y en breve tiempo perdió a su mujer, su poesía derivó hacia temáticas más exteriores. En su fundamental obra Campos de Castilla el yo poético pasa a un
segundo plano y se abre a los otros, a la realidad. Castilla aparece como contraste entre un
pasado glorioso y un presente andrajoso. Así, el paisaje como motivo para la reflexión sobre
España y sus gentes o la nostalgia de Leonor, su joven amada perdida para siempre, son sus temas
predilectos.
Por último, Ramón María del Valle-Inclán fue un genial novelista y dramaturgo. Aunque será más conocido
por ser el creador del esperpento, en una primera etapa de su producción, la
decadentista, publicó más bien prosa. Precisamente en este momento debe destacarse la
publicación de las Sonatas. Estas cuatro novelas están estructuradas como una composición musical en cuatro
tiempos. Así, liga simbólicamente cada
estación del año y el marco geográfico con la edad del protagonista, Bradomín, un don Juan dandi y aristocrático.
Ambos, modernistas y noventayochistas, encontraron en el Realismo un enemigo
común. Su
ansia renovadora y regeneradora, además de dejar grandes obras en el camino, anticipó el vendaval
experimental que se cernía sobre Europa: las Vanguardias.