APUNTES
DE MORFOLOGÍA
LAS CATEGORÍAS
GRAMATICALES O CLASES DE PALABRAS.
Las palabras poseen
unos rasgos determinados que permiten clasificarlas en diferentes
grupos. Así, tenemos:
sustantivos, adjetivos, pronombres, determinativos, verbos,
adverbios, preposiciones y conjunciones. Estos
grupos se denominan categorías gramaticales o clases de palabras o
partes de la
oración.
CATEGORÍAS
VARIABLES E INVARIABLES.
Atendiendo a los
rasgos morfológicos y considerando que hay palabras que admiten
morfemas flexivos y palabras
que no los admiten, se establece esta gran división:
Categorías
variables: Existen palabras que pueden variar para expresar,
mediante los morfemas flexivos,
el género y el número: los sustantivos (niño-niña-niños-niñas);
los adjetivos
(rápido-rápida-rápidos-rápidas); los pronombres
(él-ella-ellos-ellas) y los determinativos
(este-esta-estos-estas). No obstante, hay palabras pertenecientes a
estas categorías que no
admiten todas estas variaciones: ‘luna’ es siempre femenino,
‘crisis’ tiene la misma forma para el
singular y para el plural, ‘nadie’ es invariable, y ‘mi’ no
requiere morfema
de género, por
ejemplo. Y también es variable el verbo, puesto que por medio de
morfemas flexivos, modifica
su forma para expresar la persona, el número, el tiempo, el modo y
el aspecto:
saltaba-saltaremos-salta.
Categorías
invariables: Las palabras que no pueden llevar morfemas flexivos
son los adverbios, las preposiciones y las conjunciones: cerca, con, y.
LAS
INTERJECCIONES
Hay palabras que
empleamos con entonación exclamativa para expresar emociones o para
dirigirnos a otras personas:
¡ay!, ¡bah!, ¡eh!, ¡chist!. Se denominan interjecciones, y no
pertenecen a ninguna delas categorías que acabamos de ver. Asimismo,
pueden utilizarse como interjecciones palabras o
expresiones de
alguna de las categorías gramaticales: ¡fuera!, ¡Dios mío!.
Reciben el nombre de interjecciones
impropias.
EL SUSTANTIVO
SIGNIFICADO
Los sustantivos,
también llamados nombres, son palabras con las que designamos y
clasificamos los seres y entidades de
la realidad pensándolos como conceptos independientes. Según su
significado, los sustantivos se pueden clasificar en los siguientes
tipos:
Nombres
comunes y nombres propios: Los nombres comunes designan a todos
los seres de una misma clase:
ciudad, río, balcón. Los nombres propios identifican e
individualizan a un ser determinado para
diferenciarlo de otros de su misma clase: Ebro, Baena, Raúl. Los
nombres propios de persona
se denominan antropónimos: Eduardo, Loli, Clarín, y los referidos a
lugares
geográficos son los
topónimos: Guadalquivir, Galicia.
Nombres
concretos y nombres abstractos: Los nombres concretos designan
seres que pueden percibirse por los
sentidos: casa, aroma, sonrisa. Esto no quiere decir que tales seres
existan en la realidad,
puede tratarse de seres imaginarios que nos representamos mediante
imágenes:
ángel, unicornio,
pegaso. Los nombres abstractos designan conceptos, que sólo son
percibidos por la mente en
forma de ideas, y no por los sentidos: temor, tranquilidad, belleza
(puede observarse que la
belleza , por ejemplo, no es algo que veamos con los ojos, es una
idea que concibe nuestra
mente; lo que vemos son “seres bellos”, a partir de los cuales
nuestra mente elabora el concepto
de belleza).
Nombres
contables y nombres no contables: Los nombres contables designan
seres o realidades que se
pueden contar, entidades discontinuas o separables: bolígrafo,
libro, minuto: un minuto, dos
minutos, tres bolígrafos, setenta libros. Los nombres no contables
se refieren a realidades que no se
pueden contar, aunque sí pesar o medir: agua, yeso, aceite son
nombres
no contables: *un
agua, * cuatro yesos, pero sí se puede decir un litro de agua, un
kilo de yeso.
Nombres
individuales y nombres colectivos: Los nombres individuales
designan en singular un solo ser contable de un conjunto o clase:
perro, árbol. Los nombres colectivos, en cambio, designan en singular
un conjunto de seres individuales semejantes o considerados como semejantes: jauría
(conjunto de perros), arboleda (conjunto de árboles).
FORMA
Morfológicamente,
los sustantivos son palabras variables que admiten morfemas de género
y número; mediante
estos morfemas se establece la concordancia entre el sustantivo y las
palabras que se refieren a él: est-a-s ros-a-s blanc-a-s.
El género.
El género es una
variación gramatical que permite agrupar los sustantivos en
masculinos y femeninos. Cuando un
sustantivo designa a una persona o un animal, que tienen sexo, el
género distingue al macho
de la hembra: gato / gata. Pero en la mayoría de los sustantivos el
género no señala una característica del objeto designado, por lo
que no admiten variación: nada hay en el objeto mesa que justifique
el que sea femenino, ni ningún rasgo del objeto libro explica el que
sea masculino; de ahí que mantengan siempre el mismo género. Por
eso, ni la –a de mesa ni la –o de libro son morfemas de género,
como tampoco lo son la –e de monte ni la –a de poeta ni la –i
de jabalí ni la –e de madre ni la –u de tribu.
En los casos en los
que el sustantivo se refiere a un ser que tiene sexo, la lengua
dispone de diferentes procedimientos para marcar la diferencia entre
masculino y femenino:
Mediante
morfemas flexivos: Los morfemas flexivos para el género masculino
son –o, -e, 0: niño, jefe,
profesor. El morfema de género femenino es –a: niña, jefa,
profesora.
Mediante sufijos
especiales: Algunos nombres femeninos se forman con sufijos
especiales como –esa, -isa,
-ina, -triz: abadesa, poetisa, heroína, emperatriz.
Mediante
variación léxica: En ocasiones se utilizan sustantivos diferentes
para cada género: padre / madre, yerno
/ nuera, toro / vaca. A estos sustantivos se les llama heterónimos.
Mediante la
concordancia con los determinativos y los adjetivos, ya que hay
sustantivos de persona que no
varían su forma para designar al hombre y a la mujer, de modo que
tenemos que recurrir a los
determinativos y los adjetivos para expresar el género: este testigo
/ esta testigo; el
periodista / la periodista. Son nombres de género común.
El número.
El número es una
variación del nombre que nos informa de si su referente, es decir,
aquello que designa, es uno o
más de uno: singular o plural. Los morfemas flexivos para marcar el
plural en los sustantivos son –s,
-es, los cuales se usan según las reglas siguientes:
Cuando el sustantivo
en singular termina en vocal átona o en –é tónica, el plural se
forma con –s: libro /libros,
café / cafés.
Cuando el sustantivo
termina en vocal tónica distinta de –é, el plural se forma,
generalmente, con –es, aunque
hay casos con –s: jabalíes, tabúes, mamás, sofás.
Cuando el sustantivo
termina en una consonante distinta de –s, el plural se forma con
–es: leones, árboles.
Cuando el sustantivo
acaba en –s, se presentan dos posibilidades:
- Si la palabra esa
aguda –incluidos los monosílabos-, el plural se forma con –es:
mes / meses.
- Si la palabra no
es aguda, el plural no se marca con morfema de número. En este caso, el singular y el
plural se distinguen mediante la concordancia con determinativos y adjetivos: el lunes
/ los lunes; sinusitis aguda / sinusitis agudas.
Hay sustantivos que
no admiten la distinción de número. Unos sólo pueden ser usados en
singular: caos, sed, salud; en
cambio, otros únicamente se pueden emplear en plural: víveres,
finanzas, enseres, gárgaras.
LA
SUSTANTIVACIÓN
En ocasiones
encontramos sustantivos que proceden de otras clases de palabras
diferentes. Así, a partir de adjetivos
como viejo, químico,etc, se han formado auténticos sustantivos: un
viejo, un químico.
Lo mismo ha sucedido
con algunas formas verbales, como pagaré, pésame. A estos cambios
de categoría se les
denomina transcategorización,y, en concreto, cuando dan lugar a la
creación de un sustantivo, se habla
de sustantivación.
EL ADJETIVO
SIGNIFICADO
Los adjetivos son
palabras que expresan cualidades o propiedades de los seres: en
pantalones sucios, nuevas gafas y niña inteligente, los adjetivos
sucios, nuevas e inteligente señalan características de aquello que
designan los sustantivos a los que acompañan. Frente a los
sustantivos, que clasifican los seres, los adjetivos describen sus
rasgos o cualidades; así, en Luis es sabio, el adjetivo sabio señala
una cualidad de Luis; pero en Luis es un sabio, sabio es un
sustantivo que clasifica a Luis en el grupo de los sabios.
FORMA
Morfológicamente,
el adjetivo es una palabra variable que recibe los morfemas flexivos
de género y número, los cuales
le permiten la concordancia con el sustantivo al que se refiere.
Los morfemas de
género en el adjetivo son –o y 0 para el masculino, y –a para el
femenino: misterioso /
misteriosa; traidor / traidora.
Hay adjetivos que no
admiten morfemas de género: feliz, amable, azul. Esto no quiere
decir que carezcan de género,
ya que concuerdan en masculino o en femenino con otras palabras: un
niño feliz / una niña feliz; simplemente, no señalan la distinción
de género con un morfema.
Los morfemas
flexivos de número en el adjetivo son 0 para el singular y –s ,
-es para el plural: agradable /
agradables, hábil / hábiles. Sólo algunos adjetivos mantienen la
misma forma para el singular y para el
plural: los que acaban en –s y no tienen una pronunciación aguda:
gratis: una entrada gratis / dos entradas gratis.
LA GRADACIÓN
DEL ADJETIVO
Las cualidades
expresadas por los adjetivos suelen ser graduables, es decir, se
pueden presentar como más o menos
intensas: una casa puede ser más o menos grande, por ejemplo. La
gradación del adjetivo se refiere
a esta posibilidad que tenemos de expresar grados en la cualidad
significada por el adjetivo.
Se distinguen los
siguientes grados:
- Positivo: El
adjetivo se presenta sin modificar su significado, simplemente
expresa la posesión de la cualidad: un
juego aburrido, un niño simpático.
- Comparativo: Se
expresa la intensidad mediante la comparación de la cualidad con la
de otro elemento. El
elemento que se somete a la comparación se denomina primer término
de la comparación y el
elemento con el cual se compara es el segundo término. Hay tres
clases de grado comparativo:
- Comparativo de
superioridad: más contento que tú.
- Comparativo de
inferioridad: menos contento que tú.
- Comparativo de
igualdad: tan contento como tú.
- Superlativo: Se
expresa la cualidad del adjetivo en su grado más alto, en su máxima
intensidad.
Hay dos tipos de
superlativos:
a) Superlativo
absoluto: Un elemento posee una cualidad en su grado más alto
independientemente de otros elementos. El superlativo absoluto se
expresa de dos maneras: - Mediante adverbios que modifican al
adjetivo, como muy, extremadamente, sumamente, enormemente, harto...:
Es muy simpático, Me encuentro enormemente cansado. Se trata del
superlativo absoluto analítico. O bien mediante los sufijos –ísimo,
-érrimo, y con prefijos como super-, extra-...: buenísimo,
paupérrimo, supercaro, extrafino. Éste es el superlativo absoluto
sintético.
b) Superlativo
relativo: Un elemento de un grupo se distingue de los demás por
poseer en mayor grado una cualidad. Se construye con el adjetivo en
grado comparativo de superioridad o de inferioridad precedido del
artículo y seguido de un complemento encabezado por la preposición
de: el más sensible de los amigos,
DETERMINATIVOS Y
PRONOMBRES
Por lo general, el
sustantivo aparece precedido por alguna palabra que lo presenta: esa
calle, mi amigo, algunos
problemas. Estas palabras que presentan al sustantivo y precisan su
significado son los determinativos ( en “esa calle” y en “ mi
amigo”, ‘esa’ y ‘mi’ precisan o determinan a qué calle y a
qué amigo nos referimos; sin estos determinativos, los sustantivos
‘calle’ y ‘amigo’ poseen un significado muy general).
Asimismo, muchas de
estas palabras pueden ser empleadas para sustituir al sustantivo:
¿Vives en esta calle? No, vivo en esa. Todos entendemos que con
‘esa’ el hablante se refiere a una calle determinada.
Igualmente sucede en
las oraciones siguientes:
Su amigo va a la
misma clase; el mío no.
Tengo muchos
problemas, pero algunos tienen solución.
De los cinco
pasteles que quedaban, me he comido tres.
Mío, algunos, tres
remiten, respectivamente, a los sustantivos amigo, problemas,
pasteles; estas palabras que
sustituyen a los nombres se denominan pronombres.
Como puede
observarse, los determinativos siempre acompañan al nombre; en
cambio, los pronombres
sustituyen al nombre, nunca aparecen con él.
Aunque muchas
palabras pueden utilizarse como determinativos y como pronombres, hay
algunas que sólo son determinativos o que solo son pronombres; es lo
que ocurre, por ejemplo, con nosotros o nadie, que nunca acompañan a
un nombre, o con su o cuyo, que siempre tienen que ir precediendo a
un sustantivo.
FORMA
Los determinativos y
los pronombres son palabras variables. Como el sustantivo y el
adjetivo, admiten morfemas desinenciales de género y de número:
est-o-s, algun-a-s, cuy-a. No obstante, hay algunos que no permiten
variación, como que, alguien, dos, nadie. Por otro lado, los hay que
señalan también la persona gramatical: por ejemplo, yo es primera
persona, vuestro se refiere a la segunda persona y su remite a la
tercera.
Los determinantes y
los pronombres son clases cerradas de palabras, es decir, están
compuestas por un número definido
y limitado de elementos: por ejemplo, los demostrativos son este,
ese, aquel y sus variantes de femenino, neutro y plural (quince
formas en total), y la lengua no permite crear otros nuevos. El
sustantivo y el adjetivo son clases abiertas: están constituidas por
una cantidad indefinida de palabras (tantas como pueden aparecer en
el diccionario, y aún más, pues podemos formar nuevos sustantivos y
adjetivos mediante procedimientos como la derivación o la
composición, por ejemplo).
SIGNIFICADO
Ni los pronombres ni
los determinativos tienen significado léxico; por ello los incluimos
en la clase de morfemas gramaticales libres; es decir, poseen un
significado gramatical: simplemente concretan la significación del
nombre al que acompañan o sustituyen. Por ejemplo, en Este libro es
mío el sustantivo libro designa un objeto de la realidad, y este y
mío tan sólo precisan dicha referencia aportando los significados
gramaticales de ‘proximidad’ y de ‘posesión’,
respectivamente.
El significado de
los determinativos y de los pronombres es, además, ocasional, es
decir, su significación varía
dependiendo de la situación y del contexto: este y mío, por
ejemplo, no se refieren siempre a la misma persona u objeto, sus
significados dependen de quién esté hablando.
En general, los
determinativos y los pronombres remiten a la realidad de tres formas:
- “Señalando y
situando” a seres y objetos en relación con las personas que
intervienen en la comunicación: yo,
él, mío, ese, aquel. Es lo que se llama deíxis.
- “Cuantificando”,
esto es, expresando la cantidad o el número de aquello que se
designa: pocas esperanzas,
alguna amiga, nadie, cinco días.
- Refiriéndose a
algún elemento lingüístico o fragmento del discurso que haya
aparecido antes, y esos elementos se llaman anafóricos (Tengo frío,
pero eso no importa; Juan no tiene miedo; él se enfrenta a todo), o
bien se trata de elementos catafóricos si aluden a palabras que
aparecen en un contexto posterior: Le dije a Pedro que viniera
pronto; aunque se lo repetí, María no me hizo caso.
EL
ARTÍCULO
El artículo es una
palabra variable que admite cambios de género y número, de manera
que puede presentar las
siguientes formas: el, los, la, las, lo.
El artículo
desempeña la función de determinante del núcleo nominal, siempre
precede al sustantivo y nunca aparece pospuesto; en esta posición
antepuesta puede combinarse con otros determinativos (numerales e
indefinidos), excepto con el indefinido todo, que se puede presentar
delante del artículo: todos los días, los dos equipos. Además, en
ocasiones, el artículo masculino singular el forma una sola palabra
con las preposiciones a o de, dando lugar a las contracciones al y
del: Vete ya al fútbol, Apaga la luz del dormitorio.
Siempre va delante
del sustantivo, y sus valores más frecuentes son los siguientes:
a)Valor
generalizador: Si no restringe o reduce la referencia del sustantivo.
En la oración El hombre es mortal, el
sustantivo hombre se refiere “de manera general” a todos los hombres, no a un
hombre en concreto.
b) Valor
individualizador. En el caso de que restrinja o reduzca la referencia
del sustantivo; en la oración El
hombre estaba fumando, hombre se refiere “demanera individual” a
un hombre concreto. En
estos ejemplos, el sustantivo remite a algo conocido o que ya ha aparecido antes en
el discurso: Había un hombre en el parque; el hombre estaba fumando.
c) Valor
sustantivador. El artículo sirve para convertir en sustantivos
palabras o grupos de palabras que
pertenecen a otras categorías: De esos dos muchachos, el alto va a
mi clase.
Éste es el valor
más frecuente del artículo neutro lo, que nunca precede a nombres,
sino que sustantiva,
sobre todo, a adjetivos: Lo malo del deporte es que, además,
perjudica la salud.
LOS
PRONOMBRES PERSONALES
Los pronombres
personales se definen como formas deícticas que representan a las
personas gramaticales: yo es
la forma de la primera persona y alude al hablante; tú es la de la
segunda persona, y designa al oyente; él-ella-ello son formas de la
tercera persona que señalan todo aquello que no es ni el hablante ni
el oyente, y pueden tener un significado deíctico si se refieren a
un elemento presente en la situación comunicativa: Ha sido él quien
me ha pegado, o anafórico, si alude a alguien ausente: No se lo
digas a Laura; a ella le gustan las sorpresas.
LOS
DEMOSTRATIVOS
Los demostrativos
sitúan los objetos y los seres en el espacio y en el tiempo en
relación con el hablante, por lo
tanto tienen un valor deíctico: éste es más cercano, aquel más
lejano, y ese lo sitúa como intermedio o en
un lugar indeterminado. (Este, ese, aquel, Estos, esos, aquellos,
Esta, esa, aquella, Estas, esas, aquellas, Esto, eso, aquello)
Presentan variación
de género y número, y los masculinos y femeninos pueden ser tanto determinativos como
pronombres: Prefiero este pastel; De todos los pasteles, prefiero
éste., y, por tanto, ejercer la
función de modificadores de un sustantivo o de núcleos de un SN. En
cambio, las formas neutras:
esto, eso, aquello sólo son pronombres: Esto no me gusta. No pienses
más en eso.
LOS
POSESIVOS
Los posesivos
expresan una relación de pertenencia, propiedad, etc. Entre el objeto al que se refieren y las personas
gramaticales del discurso (valor deíctico). Además de variar según
el género, el número y la referencia a la persona gramatical,
presentan formas distintas para un solo poseedor y para varios
poseedores.
Las formas átonas
apocopadas (mi, tu, su y sus plurales) sólo se utilizan como
determinativos, antepuestas al
sustantivo: mi mochila, su bolígrafo, sus zapatillas, y pueden
combinarse con algunos indefinidos: sus
otros vestidos. Los demás posesivos pueden ser determinativos si
acompañan al sustantivo. Nuestro
vecino, o pronombres, y núcleos de un SN: No sabía que era tuya.
LOS
INDEFINIDOS
Los indefinidos se
refieren a seres y objetos de manera vaga e imprecisa, no informan de
su identidad, y cuando indican cantidad, lo hacen sin precisión.
(Compara: Alguno ha cogido el libro / Éste ha cogido el libro; Sacó
varios libros de la biblioteca / Sacó tres libros de la biblioteca).
Su inventario es más extenso que el de demostrativos y posesivos.
Suelen marcar la oposición de género y número, pero los hay
también invariables respecto del género(bastante/s) o del número
(varios/as), e incluso algunos son invariables (algo, más):
CON VARIACIÓN
DE GÉNERO Y NÚMERO / SIN VARIACIÓN DE GÉNERO
Un/uno (-a,-os,-as)
Algún/alguno
(-a,-os,-as)
Otro (-a,-os,-as)
Mucho(-a,-os,-as)
Poco(-a,-os,-as)
Demasiado(-a,-os,-as)
Todo(-a,-os,-as)
Tanto(-a,-os,-as)
Cierto(-a,-os,-as)
Bastante(-es)
Tal(-es)
Cualquiera/cualesquiera
Quienquiera/quienesquiera
SIN VARIACIÓN
DE NÚMERO
Varios (-as)
Ningún(-a)
Sendos(-as)
INVARIABLES
Alguien, algo, cada,
más, menos,
demás, nada, nadie
Si los indefinidos
acompañan a un sustantivo serán determinativos: Déjame algún
bolígrafo, y si lo sustituyen son
pronombres y, por tanto, núcleo de SN: No tengo bolígrafo, déjame
alguno. Pero tendremos en cuenta
que siempre serán pronombres alguien, nadie, nada, algo,
quienquiera. Sólo son determinativos cada, cierto.
Es importante saber
que algunos indefinidos coinciden en la forma con adverbios de
cantidad, pero en tal caso, mucho, poco, algo, nada, bastante, etc.
son invariables siempre, y no van concordando con ninguna palabra:
Corre más
Te esfuerzas poco
Está demasiado
dulce
Llueve bastante poco
Trae más (libros)
Tiene pocos (libros)
Come demasiada
(fruta)
Han llegado
bastantes (cosas)
LOS
NUMERALES
Como algunos
indefinidos, los numerales sirven para expresar cantidad, pero
precisa o aproximada (uno, dos, medio,
triple). Pueden tener función de núcleo (Quiero dos; ir al cine
cuesta el triple que otros años; Deme una docena de huevos) o de
determinativo: (Quiero dos helados; hace tres días que no viene; ¿Te
has comido media tarta?).
Se pueden distinguir
los siguientes tipos:
- Cardinales:
Especifican con exactitud el número de seres a los que remiten: uno,
dos
- Ordinales: Señalan
el orden en una serie: primero, decimocuarto...
- Multiplicativos:
Indican la cantidad multiplicada de seres y objetos señalados:
doble, triple, cuádruple...
- Partitivos: Hacen
referencia a cada una de las partes en las que se divide un todo.
Además de las formas
específicamente partitivas medio y tercio, se utilizan como
partitivos los ordinales:
un cuarto, un
quinto.., y para los superiores a diez se emplean los cardinales
correspondientes con el sufijo –avo:
catorceavo, quinceavo...
- Colectivos:
Expresan en singular un conjunto de seres u objetos semejantes:
docena, decena, treintena.
- Dual: ambos;
Distributivo: sendos: A Juan, a Luis y a Pepa les di sendos regalos.
Observa que los
cardinales se escriben en una sola palabra hasta treinta; los
ordinales se escriben en una palabra hasta veinte.
LOS
RELATIVOS
Los relativos
remiten a una palabra que ha aparecido antes, (tienen un significado
anafórico) la cual se denomina
antecedente: No olvides regar las plantas que hay en la terraza, Hoy
he visto a Luis, quien está muy cambiado. Sus formas son las
siguientes: QUE, CUAL-ES, QUIEN-ES, CUANTO-A-OS-AS, CUYO- A-OS-AS.
LOS
INTERROGATIVOS Y EXCLAMATIVOS
Los interrogativos y
los exclamativos presentan la misma forma que los relativos, de los
que se diferencias
únicamente por el acento: QUÉ, CUÁL, QUIÉN, CUÁNTO y los
plurales.
Los interrogativos
se refieren, en un enunciado interrogativo, a un elemento desconocido
por el hablante: ¿A qué
cine has ido? Los exclamativos expresan intensidad o cantidad:
¡Cuánta crueldad hay en el mundo!
EL VERBO
SIGNIFICADO Y
FUNCIÓN
Desde el punto de
vista semántico, los verbos constituyen una clase de palabras que
indican acción (María sube a su
casa), proceso (María ha crecido mucho este año) o estado (María
se encuentra cansada).
FORMA DEL
VERBO: CONSTITUYENTES MORFOLÓGICOS
Morfológicamente,
los verbos constituyen una clase de palabras de gran complejidad, ya
que tiene una importante
capacidad de variación formal: ha de transmitir diversas
informaciones gramaticales, como son el número, la persona, el
tiempo, el modo y el aspecto, y para ello es preciso que adopte
formas diferenciadas.
En una forma verbal
podemos distinguir los siguientes constituyentes morfológicos:
a)Tema o raíz:
expresa el significado léxico de la palabra y está constituido por
el lexema, los posibles morfemas
derivativos y la vocal temática.
El lexema:
aporta la información léxica, como en los sustantivos y adjetivos:
así, en canto, el lexema
cant- designa la acción de cantar. Un verbo también puede estar compuesto de dos
lexemas, como mal-viv-i-r, mal-cri-a-r.
Morfemas
derivativos: un verbo puede llevar junto al lexema algún prefijo o
sufijo: re-poner, memor-iz-ar.
Vocal temática:
es un elemento que carece de significado, pero que permite clasificar los verbos en tres
grupos diferenciados o conjugaciones. Los verbos de la 1a conjugación
presentan la vocal temática –a-; los de la 2a, -e-; y los de la 3a
-i-.
b) Dos morfemas
desinenciales que aportan informaciones gramaticales:
Desinencia de
tiempo, aspecto y modo: en andá-ba-mos, -ba-indica simultáneamente tiempo pretérito
imperfecto, modo indicativo y aspecto imperfectivo.
Desinencia de
número y persona: en andába-mos, el morfema –mos indica al mismo tiempo número
plural y primera persona.
En las formas
compuestas del verbo aparece otro elemento morfológico: el verbo
auxiliar haber, el cual acompaña al participio del verbo que se
conjuga: hemos venido, habían llegado.El verbo haber es un verbo
auxiliar: carece de significado léxico y tan solo transmite
información gramatical: así, hemos en hemos venido nos informa del
número, la persona, el tiempo, el modo y el aspecto, pero la acción
de venir –esto es, el significado léxico- la expresa el participio
venido.
Aparte del verbo
haber, hay otros verbos auxiliares:
El verbo ser en
las formas verbales de la voz pasiva: somos criticados, será
publicado.
Los verbos
empleados en las perífrasis verbales: tengo que ir, se echó a reír.
LA VARIACIÓN
DE NÚMERO Y PERSONA
Una sola desinencia
transmite las informaciones de número y persona. El número señala
si la forma verbal es singular o
plural. La persona indica si lo expresado por el verbo corresponde al
hablante (1a persona), al oyente (2a persona) o a lo que
no es ni el hablante ni el oyente (3a persona); esta variación no es
exclusiva del verbo, ya que la comparte con los pronombres personales
y los posesivos. Además, los significados gramaticales de número y
persona vienen regidos contextualmente por la concordancia con el
sujeto, y no son inherentes al verbo.
Las formas verbales
que distinguen número y persona son formas personales. Aquellas
formas verbales que no
expresan significado de número y persona se denominan formas no
personales, y comprenden el
infinitivo, el gerundio y el participio. Se construyen añadiendo los
sufijos siguientes: -r para el infinitivo (ama-r), -ndo para el
gerundio (ama-ndo) y –do para el participio (ama-do). El infinitivo
y el gerundio también poseen formas compuestas: haber amado,
habiendo amado.
EL TIEMPO
El tiempo verbal
indica si la acción expresada por el verbo es anterior (pasado),
simultánea (presente)o posterior (futuro) en relación con el
momento del habla, punto de referencia primario en las relaciones
temporales. Sin embargo, en el discurso, ciertas formas verbales no
expresan simultaneidad, anterioridad o posterioridad con respecto al
momento del habla, sino en relación con otra referencia temporal
explícita o implícita en el discurso: así, en una oración como
Cuando lo llamé ya había salido, el verbo había salido indica
anterioridad respecto de la referencia temporal indicada por llamé,
y en el enunciado El domingo ya habré llegado, la forma verbal
expresa anterioridad a la referencia temporal del sustantivo domingo.
EL MODO
El modo informa
sobre la actitud del hablante ante la acción del verbo, la cual
puede ser apreciada de tres “modos” diferentes:
a) Como real, es
decir, la acción se presenta como existente o de existencia segura
para el hablante. Este es el modo indicativo, el de la objetividad:
en Muchos hombres todavía no colaboran en las tareas de la casa, el
hablante da por seguro, como un hecho objetivo, la información dada
en el enunciado.
b) Como posible o
virtual: la acción del verbo existe en la mente del hablante,quien
manifiesta una actitud de duda,
deseo, temor ... sobre dicha acción. Éste es el modo subjuntivo, el
de la subjetividad: en
Ojalá los hombres trabajaran más en las tareas de la casa, el
hablante expresa
un deseo sobre un
hecho que no se da por cierto.Sin embargo, el uso de este modo está
condicionado por otros factores, tales como los verbos de deseo,
ruego o mandato de las proposiciones
subordinadas: quiero que me llames, o en laas subordinadas finales:
Te lo digo para que lo sepas.
c) Como una orden o
exhortación. Éste es el modo imperativo: Plancha tú la ropa.
EL ASPECTO
El aspecto, al igual
que el tiempo, es un significado gramatical característico del
verbo; informa de la perspectiva que el hablante adopta ante el
desarrollo de la acción del verbo:
a)Cuando las formas
de la conjugación verbal expresan el final de la acción, son formas perfectivas: en Luis
ha vivido / vivió en un pueblo de Salamanca, la acción no sólo es
pasada, sino que se
considera terminada. Tienen aspecto perfectivo todas las formas
compuestas y el pretérito perfecto
simple.
b) Cuando las formas
verbales no expresan el final de la acción, son imperfectivas: Luis
vivía en un pueblo de
Salamanca expresa tiempo pasado, pero no implica el final de la
acción: así, resulta apropiado
decir Luis vivía en un pueblo de Salamanca el año pasado y sigue
viviendo allí,
pero no Luis vivió
en un pueblo de Salamanca y sigue viviendo allí. Tienen aspecto
imperfectivo todas las formas
simples excepto el pretérito perfecto simple.
c) El uso de
diferentes perífrasis verbales le permite al hablante expresar otros
significados que tienen que ver con
la perspectiva desde la que se contempla la acción: reiteración,
comienzo, duración,
resultado. En estos casos conviene hablar de valores aspectuales.
LA VOZ
La voz es un
significado gramatical que no se expresa en castellano mediante
morfemas desinenciales, sino con procedimientos sintácticos. Señala
la relación existente entre el sujeto y la acción verbal. Hay dos
tipos de voz:
Activa: el
sujeto “realiza” la acción del verbo: Juan ha vendido su piso.
Pasiva: el
sujeto “recibe” la acción verbal. Se expresa de dos maneras:
* Pasiva
perifrástica: con el verbo ser + el participio del verbo conjugado:
Ha sido vendido el piso.
* Pasiva refleja:
con el pronombre se + el verbo conjugado en voz activa: Se vende el
piso.
LA CONJUGACIÓN
VERBAL
La conjugación es
el conjunto de formas diferentes que puede adoptar un verbo. Estas
formas constituyen un
sistema basado en oposiciones de persona, número, tiempo, modo y
aspecto.
En castellano
existen tres modelos de conjugación: primera, segunda y tercera. Se
diferencian por su vocal temática (a, e, i)y por las distintas
desinencias de algunas de sus formas.
1. En el modo
indicativo, el presente indica la simultaneidad de la acción con el
momento del discurso, pero adquiere también los siguientes
valores:
- Presente puntual:
con verbos realizativos: Lo prometo.
- Presente habitual:
acciones reiteradas: Todas las mañanas tomo café.
- Presente atemporal
(o gnómico): hechos universalmente válidos: Siete por dos son
catorce.
- Presente
histórico: con valor de pasado, acerca los hechos producidos al
presente del hablante: Colón descubre América para los europeos en 1492.
- Presente con valor
de futuro: implica una acción inminente: Mañana me examino de
Matemáticas, con matiz deliberativo: ¿Qué le digo yo ahora? , o
imperativo: Lo haces y te callas.
En el pasado, que
señala anterioridad respecto al momento del discurso, vemos:
El pretérito
imperfecto, que tiene un aspecto imperfectivo y durativo; se usa para
la descripción en los textos literarios, a los que confiere estatismo y
morosidad. Otros valores son:
- Imperfecto de
cortesía. Atenuación cortés de las fórmulas convencionales: ¿Qué
deseaba usted?
- Imperfecto de
conato: con verbos de matiz perfectivo y puntual: Yo ya me iba.
- Imperfecto
condicional: en registros coloquiales: Con ése no me casaba yo ni a
tiros.
- Imperfecto lúdico:
realidades fingidas: Tú eras un pirata y atacabas mi barco.
El pretérito
perfecto simple tiene calor aspectual perfectivo, y señala que la
acción se da por acabada. En la narración sugiere acción de
realización repentina, carácter sucesivo de las acciones,
dinamismo: Mientras me bañaba sonó el teléfono.
2. El modo
subjuntivo, como ya hemos indicado, es el propio de lo irreal o
virtual; se utiliza en proposiciones subordinadas o en oraciones de
modalidad dubitativa, con verbos de duda, temor o emoción, o en
oraciones desiderativas: Es probable que lo consigas, Sentiré que no
vengas, No creo que esté tan enfermo.
3. El modo
imperativo se caracteriza por su función exclusivamente apelativa ,
y su uso está restringido al mandato o al consejo: Sal de aquí. En
caso de una orden negativa se toman prestadas las formas del presente
de subjuntivo: No salgas de aquí.
Las formas no
personales del verbo son el infinitivo, el gerundio y el participio.
Se trata de formas mixtas, que tienen
naturaleza verbal y participan también del sustantivo, del adverbio
y del adjetivo, respectivamente. En
tanto que verbos presentan aspecto (perfectivo, si se trata de las
formas compuestas: haber
cantado, habiendo cantado, o de la simple cantado, e imperfectivo en
las demás:
cantar, cantando), y
además pueden recibir los complementos verbales.
- El infinitivo
en su función de verbo constituye el Núcleo de las construcciones
de infinitivo, en las que figura con
complementos propios; estas construcciones equivalen a Proposiciones Subordinadas: Me
alegro de haber comprado estas zapatillas, Quiere llegar pronto a
casa, incluso llegan a admitir, en algunos casos, un sujeto
explícito: Al llegar yo, todos se callaron. En tanto que sustantivo,
el infinitivo puede recibir determinantes: el comer, adyacentes: El
dulce lamentar de dos pastores, o ser núcleo de SN: Comer es
necesario para una buena salud.
- El gerundio
posee doble naturaleza, como verbo y como adverbio; incluso admite
sufijos:
Callandito,
Andandito. Tiene aspecto imperfectivo y presenta la acción en su
transcurso, sin observar su inicio
ni su final. Por eso expresa, fundamentalmente, simultaneidad con
otra acción: Me dormí viendo la tele. ( Por lo tanto, resultarán
incorrectas expresiones como *era gordo y gozando de buena salud, *
Entró en el ascensor dándole al botón del 5o piso.) En calidad de
adverbio puede complementar directamente a un verbo: Salió silbando;
y como verbo puede ser núcleo de un SV y llevar complementos
verbales: Salió dando un fuerte portazo; en este caso, algunos
gramáticos hablan de construcciones concertadas de gerundio, si se
refiere a algún elemento de la oración, como el ejemplo dicho, o
este otro: Saliendo de casa me encontré a Juan, y de construcciones
absolutas de gerundio, si tiene sujeto semántico propio: Nada temo
estando tú conmigo.
- El participio
puede recibir morfemas de género y número; inmovilizado en
masculino singular forma los tiempos
compuestos de los verbos: he cantado, y ciertos verbos presentan,
además de un participio
regular, otro irregular: prender – prendido /preso; despertar =
despertado / despierto; que se
prefiere al utilizar el participio como adjetivo: Este muchacho es
muy despierto. Tiene aspecto perfectivo, ya que expresa una acción
acabada; como adjetivo puede desempeñar cualquier función de su
tipo: adyacente: un chico asustado, predicativo: la gente obedeció
atemorizada, atributo: la casa parece destruida. Igualmente, también
forma construcciones absolutas : La encontré tumbada en el sofá, o
concertadas: Juan, preocupado por su tardanza, me telefoneó.
CLASES DE VERBOS:
IRREGULARES
Los verbos
irregulares son los que presentan en algunas de sus formas
alteraciones en la raíz, las desinencias o en
ambas partes. Son muchos, y algunos de ellos de uso muy frecuente:
ser, haber, decir, ir...Las irregularidades pueden ser de variada
índole, y, o bien afectan al lexema en varios tiempos y personas: en
el tema de presente, si la 1a persona de singular del presente de
indicativo es irregular, también lo son el presente de subjuntivo y
el imperattivo: juego, juegue, juega; en el tema de pasado, cuando es
irregular el pretérito perfecto simple, lo son también el pretérito
imperfecto de subjuntivo y el futuro imperfecto de subjuntivo:
anduve, anduviera, anduviere; en el tema de futuro, la misma
irregularidad que afecte al futuro imperfecto de indicativo aparecerá
en el condicional simple: pondré, pondría. O bien afectan a las
desinencias: (adición de –y: soy, participios irregulares: dicho,
impreso; pretéritos perfectos simples con vocal final átona: pude,
hizo)
VERBOS DEFECTIVOS
Los verbos
defectivos son aquellos que que no se usan en todas las formas de su
conjugación. Por ejemplo, abolir,
agredir, transgredir, sólo con morfema desinencial en –i: abolió,
agredió.; atañer sólo en tercera persona: atañe; balbucir (sólo
sin el grupo consonántico zc: balbucía), concernir, soler.
VERBOS
PRONOMINALES
Los verbos
pronominales son aquellos que se conjugan con un pronombre átono.
Los hay exclusivamente
pronominales, como arrepentirse, quejarse, fugarse, atreverse, y los
hay ocasionalmente pronominales: caer /
caerse; levantar / levantarse; ir/ irse; marchar / marcharse.
LAS PERÍFRASIS
VERBALES
Una perífrasis
verbal es una construcción que expresa valores aspectuales o modales
que el paradigma de la conjugación no puede plasmar. Se compone de
un verbo auxiliar seguido de una forma verbal no personal, precedida
o no de un nexo preposicional o conjuntivo. Posee significado
unitario, y el tiempo, el modo, el número y la persona los expresa
el verbo auxiliar (que, de esta manera, pierde o ve modificado su
dignificado habitual), mientras que el contenido semántico lo aporta
el infinitivo, el gerundio o el participio.
(¿Cómo distinguir
una perífrasis de otras construcciones verbales? Comparemos estos
enunciados: Viene avisándote desde hace tiempo / Viene desde su casa
pensando en sus problemas. Anda criticando a todo el mundo / Anda
arrastrando los pies. En ese momento se echó a reír / Se echó a
descansar en un sofá: las formas verbales viene, anda, se echó de
los primeros de cada pareja de ejemplos son verbos auxiliares porque
han perdido su significado léxico original de movimiento, pero sí
lo conservan en los demás ejemplos)
Clases de perífrasis
verbales:
Según su
significado, las perífrasis se dividen en dos tipos: aspectuales y
modales.
Perífrasis
aspectuales: abordan la acción según las distintas fases de su
desarrollo:
INGRESIVAS(acción a
punto de comenzar o en sus inicios)
DURATIVAS (acción
en su desarrollo)
REITERATIVAS(acción
que se repite)
TERMINATIVAS(acción
acabada o concebida en su resultado)
Perífrasis modales:
expresan las modalidades lógicas, es decir, clases de predicados presentados como
probables, posibles (relacionados con el subjuntivo), y necesarios,
obligatorios
(relacionados con el imperativo). Sus tipos son:
1.De probabilidad o
posibilidad: Deber de + infinitivo: Deben de ser las siete.
Poder + infinitivo:
Ya puedes pasar
Venir a +
infinitivo: Viene a costar un euro
2.De necesidad u
obligación: Tener que + infinitivo: Tengo que cuidarme más
Haber de +
infinitivo: Hemos de aprovechar
Deber + infinitivo:
Debo ir al médico ya
Hay que +
infinitivo: Había que hacerlo así
LOCUCIONES
VERBALES
Una locución verbal
es una construcción formada por un verbo y un complemento que se han asimilado hasta tal
punto que constituyen una expresión unitaria, tanto desde el punto
de vista sintáctico
(funcionan conjuntamente como núcleo de un SV), como semántico
(tienen un significado que no puede ser analizado). Ejemplos: sacar
de quicio, dar la nota, poner de vuelta y media, echar de menos,
tener en cuenta, echar en cara, dar de lado...
EL ADVERBIO
FORMA
Los adverbios son
palabras invariables morfológicamente: no admiten morfemas
desinenciales de género ni de
número. (En Pronto cambiarán las cosas, la palabra pronto es un
adverbio y no puede expresar género ni
número: es invariable).
En la mayoría de
los casos, los adverbios que ahora consideramos como tales proceden
de otros tipos de palabras que han adquirido, mediante procedimientos
diferentes, la condición adverbial. Los más importantes son los
siguientes:
Un grupo homogéneo
de adverbios se han formado por composición a partir de
preposiciones: a-tras, de-tras, a-bajo, de-bajo, a-fuera, a-dentro,
en-cima...
Otros proceden de
adjetivos calificativos, mediante dos mecanismos básicos:
a)Eliminando la
variación de género y número: En Habla claro, La pelota llegó muy
alto, Tira fuerte, las palabras claro, alto, fuerte son adverbios.
Sin embargo, serán adjetivos si concuerdan con un sustantivo en
contextos como: Día claro, Niño alto, Hombre fuerte.
b) Mediante
composición, añadiendo la palabra –mente a la forma femenina del
adjetivo: solamente, sinceramente, amablemente.
Aquellos adverbios
que significan ‘dimensión’, ‘cualidad’, permiten la
gradación o cuantificación, por
procedimientos sintácticos y morfológicos: con el sufijo –ísimo: cerquísima,
altísimo, tardísimo; con sufijos apreciativos: cerquita, prontito,
despacito; con modificadores
adverbiales: muy cerca, demasiado fuertemente, bastante abajo. Sin
embargo,
rechazan la
cuantificación otros adverbios como ya, hoy, siempre...
SIGNIFICADO
Fundamentalmente,
los adverbios sirven para designar circunstancias relativas a las
acciones o estados expresados por los verbos, y a las cualidades que
especifiquen los adjetivos. Dichas circunstancias pueden ser muy
diversas, y de ahí encontramos adverbios que significan:
Lugar: aquí, allí,
allá, cerca, lejos, dentro, fuera, arriba, abajo, encima, debajo,
delante, detrás, donde..
Tiempo: ayer, hoy,
ahora, luego, pronto, antes, entonces, ya, todavía, aún, siempre,
nunca, jamás, cuando...
Modo: así, bien,
mal, despacio, deprisa, claramente, como...
Cantidad: muy,
mucho, poco, menos, ...
Afirmación: sí,
también, asimismo, claro...
Negación: no,
tampoco, nunca, nada, jamás..
Duda: acaso, quizás,
posiblemente, probablemente...
Aproximación: casi,
apenas, aproximadamente…
LOCUCIONES
ADVERBIALES
Llamamos locución
adverbial a un conjunto de palabras que funciona unitariamente con el
mismo valor y función que
un adverbio. Constituye una unidad indivisible que no admite cambios
gramaticales: se dice a veces, pero nunca *a vez, A oscuras, no *a
oscuro.
Se han formado a
partir de SN: Tal vez, de coordinaciones: más o menos, de Sprep: sin
embargo, de verdad, a pie
juntillas, de todos modos, a tontas y a locas, sin duda, en todo
caso, de repente, a veces. Y son muy habituales las que funcionan
como complementos oracionales: Sin duda, mañana saldremos, mTus
observaciones son, en efecto, muy interesantes.
LOS ELEMENTOS
RELACIONANTES
Hay dos clases de
palabras que tienen como función relacionar otras unidades
lingüísticas, tanto palabras como
sintagmas u oraciones ( o proposiciones). Tales categorías son las
preposiciones y las conjunciones.
Las unidades
lingüísticas se pueden relacionar entre sí de dos maneras
diferentes: por coordinación y por subordinación.
Coordinación: dos
unidades están coordinadas cuabndo ninguna depende de la otra, ambas tienen la misma
jerarquía: Juana y Pepe son extremeños, Comimos un perrito caliente
y patatas fritas, Me gustaría
que te fueras a casa y que descansaras.
Subordinación: una
unidad está subordinada a otra cuando depende de ella y completa su significado; son
unidades de distinta jerarquía: en Voy a beberme un zumo de naranja,
la palabra naranja depende , complementa y precisa el significado de
zumo.
LAS PREPOSICIONES
Y LAS LOCUCIONES PREPOSITIVAS
Las preposiciones
son palabras invariables, porque carecen de morfemas desinenciales de
género y número; asimismo,
son morfemas gramaticales libres, pues tienen solamente significado
gramatical y su función es, simplemente, la de subordinar unas
unidades a otras: en Se ha roto el cristal de la ventana, la
preposición de es una marca de subordinación que une la ventana a
la palabra cristal; el elemento subordinado, la ventana, se denomina
término de preposición, y el conjunto formado por la preposición y
su término, sintagma preposicional.
El inventario de las
preposiciones simples es el siguiente: a, ante, bajo, con, contra,
de, desde, hacia, hasta, para, por,
según, sin, sobre, tras, durante, mediante. Por lo que se refiere al
significado, resulta muy variado, ya que va desde el contenido
específico de bajo: ‘lugar inferior’, desde: ‘origen’, tras:
‘lugar posterior’, hasta otros significados dependientes del
contexto: por: ‘lugar’, ‘’medio’, ‘causa’, ‘agente’,
o bien ningún contenido semántico: a, de., que serían meros
índices funcionales. Las locuciones preposicionales son
combinaciones fijas de dos o más palabras que constituyen una unidad
equivalente a una preposición. Algunas muy utilizadas son: junto a,
acerca de, en lugar de, gracias a, en torno a, respecto a, en vez de,
a través de, por medio de: Un ejemplo sería: Lo consiguió gracias
a la ayuda de todos (gracias a = con)
LAS CONJUNCIONES
Y LAS LOCUCIONES CONJUNTIVAS
Al igual que las
preposiciones, las conjunciones son morfemas gramaticales libres: no
poseen significado léxico
ni tampoco marcan género ni número. Desempeñan la función de
nexos de coordinación y de
subordinación.
Las conjunciones
coordinantes ponen en relación unidades equivalentes de cualquier
tipo y estructura:
palabras, sintagmas, oraciones, proposiciones, enunciados, de manera
que dichas unidades son equivalentes y ninguna depende de la otra.
Te oigo fuerte y
claro
Búscalo en la
biblioteca o en una buena librería
Me dijo que no
aguantaba más y que se quería marchar
Hacía un día
espantoso y no se podía salir a la calle
Buenos días, señor.
¿Qué desea tomar?
Las conjunciones
subordinantes, en cambio, se entienden como marcas sintácticas que
permiten subordinar una
proposición a otra: no pueden utilizarse, en principio, con palabras
o sintagmas, y establecen una
relación de dependencia jerárquica entre las unidades, de manera
que el elemento
subordinado
complementa al otro: Me ha contado que le gusta el cine.
LOCUCIONES
CONJUNTIVAS:
Una locución
conjuntiva es una secuencia fija de dos o más palabras
que constituyen una
unidad equivalente a una conjunción: Me duele la cabeza, así que me
quedo en casa; Se ha ido
puesto que estaba enfadado. Se pueden clasificar en locuciones
conjuntivas coordinantes: tan
... como, así que, ya...ya, etc., y subordinantes: puesto que, a fin
de que, si bien, aun cuando... etc.
Su origen se debe a
la unión de elementos variados, como adverbios, preposiciones, etc,
unidos a una conjunción, que, con el tiempo, ha ido perdiendo su
significado léxico y se ha gramaticalizado, es decir, que en la
actualidad sólo expresa relaciones entre otros elementos
lingüísticos
CLASIFICACIÓN DE
CONJUNCIONES Y LOCUCIONES CONJUNTIVAS.
Según el tipo de
relación semántica que se establece entre las dos unidades que
enlazan, se distinguen los siguientes tipos de conjunciones
coordinantes:
Copulativas: y, e,
ni, tanto...como: Me llevo bien tanto con Juan como con Andrés
Disyuntivas: o, u, o
bien. En el caso de que la disyunción presente otro valor de
significado, como el
distributivo o el explicativo, aparecen también los nexos ya..ya, bien...bien, tan
pronto...como (distributivas), o sea, es decir, esto es
(explicativas): ¿Vamos primero a bailar o a
cenar?
Adversativas: pero,
sino: Ignoro por qué lo ha hecho, pero lo averiguaré.
Consecutivas: luego,
con que, así que, así pues, de manera que: Ha llovido, luego las
calles están mojadas.
Las conjunciones
subordinantes son, fundamentalmente, dos: que, si. La primera
subordina proposiciones con
carácter enunciativo, y la segunda se usa para subordinar
proposiciones con significado
hipotético: Nadie me ha dicho que hay partido esta noche // Nadie me
ha dicho si hay partido esta noche.
Sin embargo, los
tipos de subordinación y los matices de significado en la relación
entre las oraciones son tantos que se hace necesario completar estos
dos nexos básicos con locuciones conjuntivas. Algunas de estas
locuciones se han lexicalizado por completo (han acabado por formar
una sola palabra con la conjunción) , por lo que hemos de incluirlas
en la categoría ‘conjunción’: por + que = porque, aun + que =
aunque. Igualmente constituyen marca de subordinación los adverbios
relativos donde, cuando, como, cuanto.
LOCUCIONES
CONJUNTIVAS
en cuanto, tan
pronto como, una vez que,cada vez,
cada vez que...
puesto que, ya que,
dado que...
para que, a fin de
que...
a condición de que,
con tal de que, a no ser que,
a menos que, siempre
que...
aun cuando, aun si,
por más que, a pesar de que,
mientras que