miércoles, 21 de noviembre de 2018

APUNTES DE LITERATURA. LA POESÍA DE LA GENERACIÓN DEL 27. 2º BCH


LA POESÍA DE LA GENERACIÓN DEL 27

Los años de desarrollo del grupo poético del 27 coinciden con una etapa convulsa en España: desde la dictadura de Primo de Rivera y el fenómeno de los felices años 20 en Europa y EEUU - a los que siguieron la crisis mundial del 29-, hasta la llegada de la Segunda República y el aumento en España y en toda Europa de una conflictividad social reflejo de la bipolarización ideológica del fascismo frente al comunismo. En julio de 1936 el golpe de estado del general Franco desembocaría en la Guerra Civil española (que finaliza en 1939).
Se conoce como Generación del 27 a un conjunto de poetas que se reunieron en el Ateneo de Sevilla con motivo de la celebración del tricentenario de la muerte de Góngora en 1927: R. Alberti, F. García Lorca, J. Guillén, G. Diego, P. Salinas, L. Cernuda, V. Aleixandre y D. Alonso. A ellos se añadirán E. Prados y M. Altolaguirre. Miguel Hernández se puede considerar un poeta “epígono” de la Generación, aunque él mismo se adscribió a la Generación del 36.
A todos ellos les une una gran afinidad intelectual y estética, así como una inclinación hacia la República, que trató de difundir la cultura, a través de las Misiones Pedagógicas (La Barraca, de F. García Lorca formaba parte de dicho proyecto). Todos ellos asimilaron la rica tradición literaria española y, a la vez, fueron influidos por las corrientes de vanguardia, llegando a ser la más brillante promoción de la literatura española del s. XX.
Todos ellos se consideraron deudores de Ortega y Gasset por su concepción del arte, de Ramón Gómez de la Serna como introductor de las vanguardias y de Juan Ramón Jiménez, que abrió el camino de la poesía pura y esencial. Publicaron en las mismas revistas (Revista de Occidente, Litoral…) y, a pesar de sus individualidades, su poesía expresa el equilibrio entre lo intelectual y lo sentimental. Sus creaciones son muy depuradas en la forma y en la técnica, combinando las formas clásicas con otras vanguardistas. Su gran descubrimiento fue el verso libre, basado en un ritmo conseguido mediante repeticiones fónicas, acentuales, léxicas, morfosintácticas o semánticas. Admiraron a los poetas clásicos, pero también a Antonio Machado, Rubén Darío o Bécquer. Mezclan lo culto y lo popular (sonetos y romances) y abordan los temas de la naturaleza, el amor, las ciudades y la modernidad.
Fueron poetas comprometidos socialmente a los que la Guerra Civil les marca profundamente, a algunos con hechos tan trágicos como la muerte o el exilio. Su evolución es muy particular, pero podemos hablar de varias etapas en las que todos confluyen en líneas generales:
- Hasta 1927 dominan los tonos “becquerianos” y modernistas, aunque pronto se dejaron entrever el influjo de las vanguardias. Destaca el uso de metáforas en la poesía de signo intelectual (deshumanizada) de P. Salinas y la presencia de una lírica popular en Lorca o Alberti. También hay ecos clásicos en Cernuda, G. Diego o J. Guillén. Los versos son sencillos, breves y rítmicos.
- De 1927 hasta el fin de la G. Civil se produce una “rehumanización” de la lírica por medio de la estética surrealista. Es la poesía humana y apasionada de D. Alonso y el momento de los signos visionarios de V. Aleixandre. Las metáforas son más atrevidas y los símbolos más complejos, dentro de poemas carentes de rima y regularidad métrica o estrófica.
- A partir de 1939 la muerte o el exilio marcan al Grupo. Solo V. Aleixandre, G. Diego y D. Alonso permanecen en España tras la Guerra. La poesía se hace humana y existencial. El sufrimiento del exilio muestra una poesía desarraigada (J. Guillén, Alberti, Cernuda, Salinas). El tono de queja crítica y amarga es lo dominante en este momento.
       Entre los autores y alguna de sus obras más destacada se encuentran PEDRO SALINAS con La voz a ti debida (1933); JORGE GUILLÉN con Cántico (poemas escritos entre 1928 y 1950); GERARDO DIEGO con Versos humanos (1925); VICENTE ALEIXANDRE con La destrucción o el amor (1935); DÁMASO ALONSO con El viento y el verso (1925); GARCÍA LORCA con Romancero gitano (1928) y Poeta en Nueva York (1929); RAFAEL ALBERTI con Marinero en tierra (1925); LUIS CERNUDA con Donde habite el olvido (1934); MANUEL ALTOLAGUIRRE con Lenta libertad (1936); y EMILIO PRADOS con Llanto en la sangre (1936).
           Mención especial merece MIGUEL HERNÁNDEZ, al que se considera un epígono de esta Generación debido a la relación de amistad y de sintonía intelectual que mantuvo con el Grupo. De formación autodidacta, ya que era pastor, supo conjugar el tono popular con técnicas depuradas. Su poesía es apasionada y humana, muy expresiva, pero a la vez contenida. Su tema principal es el amor, pero también los temas sociales y críticos propios de una poesía comprometida. Destacan El rayo que no cesa (1936), Viento del pueblo (1937) y Cancionero y romancero de ausencias (1938-41).


lunes, 19 de noviembre de 2018

Apuntes de Literatura. Novecentismo y Vanguardias. 2ºBCH



NOVECENTISMO Y VANGUARDIAS

El siglo XIX termina con el Desastre del 98, en el que España pierde sus últimas colonias: Cuba, Puerto Rico y Filipinas. El país se enfrenta a una crisis económica y graves conflictos sociales mientras el mundo vive la Primera Guerra Mundial. Reina Alfonso XIII  de 1902 a 1931 -con el paréntesis de la dictadura de Primo de Rivera-, año en el que se proclama la Segunda República y estalla la Guerra Civil en 1936, extendiéndose hasta 1939. En literatura, cobra fuerza la oposición al Realismo y Naturalismo decimonónicos. 

El NOVECENTISMO O GENERACIÓN DEL 14 es un movimiento que encuentra su plenitud en la fecha que le da nombre (año en el que estalla la 1ª Guerra mundial), depura la expresión literaria y se encamina hacia las Vanguardias y la Generación del 27. Las clases medias urbanas comparten el interés por las novedades de la cultura europea y el enfoque reformista de los problemas sociales que divulgaron los ensayistas y novelistas de esta generación, orientados por Ortega y Gasset. 

Los autores que se engloban en este grupo comparten una serie de características:
1. Su gran formación intelectual se refleja tanto en la profundidad y rigor de su pensamiento como en la propia creación literaria.
2. Abordan el “problema de España” con mayor serenidad y menos dramatismo que la Generación del 98 ya que buscan soluciones prácticas de carácter universal, sienten la necesidad de europeizarla.
3. Gustan de una obra elaborada y reflexiva, y se preocupan por la estética y la pulcritud formal de sus textos.
4. Entienden la literatura como arte puro para las minorías cultas.
5. Cultivan todos los géneros, aunque destacan en el ensayo. 

Los narradores renovaron y dieron un tratamiento intelectual a los temas; fusionaron géneros con predominio del ensayo. La novela incluye extensas reflexiones, descripciones detalladas y líricas (propias de la poesía); la trama tiene poca importancia. Destacan Gabriel Miró (El obispo leproso), con una prosa elaborada hacia la perfección formal; Ramón Pérez de Ayala, que introduce nuevas técnicas en la novela, el perspectivismo, la ironía, el humor incisivo y el simbolismo (La pata de la raposa); y Wenceslao Fernández Flórez, con El bosque animado, en la que muestra una mirada satírica e irónica.

Cultivando el género ensayístico encontramos como figura de referencia a José Ortega y Gasset, quien proyectó su pensamiento sobre variados aspectos de la realidad: historia, arte, sociología, etc. La metáfora y la ironía le confieren un estilo personal. Algunas obras destacadas son: La deshumanización del arte, en ella defiende la importancia de la obra de arte en sí misma para procurar placer estético, alejada de lo sentimental, también hay un extraordinario análisis de las vanguardias; La rebelión de las masas, en la que considera que la sociedad debería estar dirigida por una minoría selecta; y El espectador, en la que muestra algunas ideas sobre la novela. Eugenio D´Ors escribió artículos sobre cultura y arte. 

En Poesía destaca Juan Ramón Jiménez, premio Nobel de Literatura. En una etapa posterior a la modernista, comienza lo que denominó “poesía pura”: en ella se despoja de lo sensorial, de lo colorista y de la anécdota; es una poesía difícil, dirigida “a la inmensa minoría”; con temas metafísicos: belleza, eternidad, Dios, etc. Dentro de esta etapa “intelectual”, se encuentra Diario de un poeta recién casado. Culmina todas estas características en obras como La estación total.
Los dramaturgos más renovadores de esta etapa son Teatro Gregorio Martínez Sierra y Ramón Gómez de la Serna. 

Las VANGUARDIAS son unos movimientos europeos de renovación estética y de transgresión artística que se desarrollan entre las dos guerras mundiales (1918-1939) y se extienden hasta el continente americano. Su nombre, aunque proviene de un término bélico que distingue la parte más adelantada del ejército, en el terreno artístico designa la «primera línea» de creación, la renovación radical en las formas y contenidos para sustituir las tendencias anteriores, consideradas obsoletas.
Muchos de estos ismos afectan, además de a la literatura, a la pintura, el cine y la música. 

En España, donde hallan acogida en tertulias y revistas literarias, Ramón Gómez de la Serna fue su impulsor. Entiende que la única manera de captar el mundo es a través de la incoherencia y la fragmentación. Defiende un arte nuevo centrado en los objetos y desligado de lo sentimental y humano. Su obra se caracteriza por las greguerías: frases ingeniosas y metafóricas llenas de humor. Además, escribió ensayo, lo que denominó “novela libre” (El torero Caracho), y teatro (Los medios seres)

Los vanguardismos más destacados son:
Futurismo. Promovido por Marinetti, rompe con los cánones estéticos y los temas pasados, antirromántico, exalta la civilización mecánica, el progreso y la técnica. Abrió puertas a nuevas posibilidades de lenguaje (ruptura con la sintaxis) y a temas inéditos (se aprecia en algunos poemas de Pedro Salinas y Rafael Alberti).
Cubismo. Nace como escuela pictórica, pero el Cubismo literario arranca con Apollinaire y sus Caligramas: la disposición de los versos forma imágenes visuales. Aboga por la simultaneidad de ideas y percepciones.
Dadaísmo. Con sus ideas, Tristan Tzara abre paso al Surrealismo; defendiendo la fantasía, la irracionalidad, el rechazo de la lógica y la incoherencia.
Ultraísmo. Recoge parte de la influencia dadaísta y futurista. Es un efímero movimiento español cuyo principal promotor fue Guillermo de Torre.
Creacionismo. El padre fue el chileno Vicente Huidobro. El poeta no busca imitar la realidad sino crearla dentro del poema y para ello jugará al azar con las palabras. Su máximo representante fue Gerardo Diego.
Surrealismo. Es el ismo más importante y con mayor influencia posterior. Surge en 1924 con el manifiesto de André Breton. Pretende liberar con el arte los impulsos reprimidos por las convenciones morales y sociales, y hacer aflorar el inconsciente, lo irracional y lo onírico; liberar el poder creador del hombre. Defiende la “escritura automática”, las asociaciones libres de palabras y las metáforas insólitas para transcribir sentimientos sin control racional, para que aflore el “superrealismo” mediante una auténtica expresión libre del lenguaje. A Juan Larrea debe atribuirse la orientación surrealista de varios poetas del “27”. El influjo del Surrealismo lo reciben libros como Sobre los ángeles de Rafael Alberti, Poeta en Nueva York de Federico García Lorca y buena parte de la obra de Vicente Aleixandre. Nuestros poetas no llegaron al extremo de la creación pura inconsciente pero sí hubo liberación de la imagen, desatada de bases lógicas, y por lo tanto, un enriquecimiento del lenguaje poético; además de la irrupción de nuevo en literatura de lo humano, lo político y lo social.

LITERATURA 1º TERCIO S. XX. GENERACIÓN DEL 27. 4ºESO y 2ºBCH


Pincha en el siguiente enlace para acceder a las diapositivas vistas en clase sobre la Generación del 27:
https://www.slideshare.net/crisjuba/literatura-del-1-tercio-del-s-xx

martes, 13 de noviembre de 2018

lunes, 5 de noviembre de 2018

Pautas para la valoración crítica de un obra. 2º BACH


¿Cómo se hace la valoración crítica de una obra?

Es una pregunta bastante abierta, luego hay margen de maniobra para abordar la reseña o análisis de una obra concreta. El enunciado de la pregunta es el siguiente: 5b) Comente los aspectos más relevantes de la obra del siglo ___ que haya leído en relación con su contexto histórico y literario. (1 p.)

Atendiendo al enunciado de la pregunta, aquí tienes un esquema. Cada uno de los puntos debería coincidir con un párrafo, pero el texto debe ser uno, sin epígrafes. Es importante entender que debes redactar un texto fluido, coherente y bien cohesionado. Huye de los esquemas o de la redacción telegráfica. A modo de ejemplo se incluye la reseña de "El lápiz del carpintero", de Manuel Rivas.

1) ¿Qué has leído?

Hay que empezar con una serie de datos casi técnicos: -título -autor -año de publicación (o de redacción o de estreno, etc.) -género -Cualquier dato significativo: si es su primera obra, la última, la más importante, si ganó algún premio con ella, etc.

Ejemplo: “El lápiz del carpintero” es una novela escrita en 1998 por Manuel Rivas con la que ganó ese mismo año el Premio de la Crítica de Narrativa gallega. Efectivamente el original está escrito en gallego. Se trata de una de sus primeras novelas importantes, porque hasta entonces su obra se basaba en colecciones de relatos y poesía. Otras obras suyas son “La mano del emigrante” o “Los libros arden mal”.

2) ¿Qué ocurría cuando se publicó la obra?

- Contexto histórico: hechos históricos relevantes: guerras, revoluciones, dictaduras, censura... 
- Contexto literario: movimiento al que pertenece, importancia de la obra dentro de ese movimiento, influencia que tuvo en la literatura posterior, obras que le influyeron, rasgos propios del movimiento al que pertenece, etc. -Este apartado debería ser el más amplio, si atendemos al enunciado de la pregunta.

Ejemplo: En la literatura de fin de siglo XX, lo que llama la atención es el dominio absoluto del género novela. Género que a estas alturas es tan proteico que en él cabe casi cualquier cosa. Hay un boom de autores españoles y se habla de la “Nueva narrativa española” con una generación que poco a poco se ha consolidado entre la crítica y a la que pertenece Manuel Rivas junto con otros como Javier Marías, Eduardo Mendoza o Antonio Muñoz Molina. Hace tiempo que los novelistas abandonaron la experimentación, pero muchas de las técnicas, los materiales y hallazgos de aquella corriente los van poner estos autores al servicio de la narratividad, del relato accesible, de la trama bien hecha.

3) ¿De qué trata la obra?

- Breve descripción del argumento. La tendencia es a hacer este apartado el más largo. Es un error. Hay que ser muy conciso, pero es importante dar a entender que se ha leído la obra. No hace falta hacer una lista de personajes.
 - Solo si es relevante, puedes hacer mención de la estructura externa (división en partes) o interna (cómo progresa la acción).

Ejemplo: La novela cuenta la historia de un hombre que ha vivido represaliado por el bando nacional vencedor de la Guerra Civil, en la que se portó como un héroe sereno y solidario, insumiso políticamente y en la que a pesar de todo vivió una hermosa historia de amor conyugal.

4) ¿Qué te ha llamado la atención en la obra?

-Esta es la parte más personal. La obra puede ser valiosa por muchos motivos. Sé sincero pero respetuoso. Si juzgas mal una obra maestra, probablemente te estés juzgando mal a ti.
  • Son muchos los aspectos que te pueden llamar la atención:

- El lenguaje (poético, moderno, crudo, realista...)
- El argumento original
- Sensaciones como humor, intriga, ternura, sensibilidad
- La humanidad de los personajes
- El tratamiento del tiempo
- Las posibilidades del espectáculo teatral (si es una obra de teatro)
- Cualquier otra que merezca la pena.

Ejemplo: Lo que más llama la atención es la multiplicidad de narradores que el autor utiliza para contar la historia. Hay un periodista que en tiempo actual trata de esbozar la obra. Hay un policía-matón, Herbal, que muestra muchos acontecimientos desde su punto de vista, a la vez maníaco y tierno. Y está por fin el relato del propio protagonista, Santiago da Barca. Y todo ello expuesto en amalgama de modo que se exige gran atención del lector para seguir el hilo. Es importante el lirismo de la obra, la búsqueda de una prosa poética y de una sensibilidad en las relaciones humanas. También la presencia de elementos sobrenaturales, como la voz de un asesinado que escucha Herbal, sueños, coincidencias que ocurren con naturalidad. Sobresale la capacidad del autor de imaginar numerosos personajes muy reales, aunque sean secundarios, con vida propia, como la madre Izarne o María da Visitaçao. Quizá sea la personalidad del protagonista excesivamente santa para ser verosímil, y la de los antagonistas, el bando nacional en general, demasiado perversa, pero creo que ello no le ha restado valía al relato.