VALORACIÓN CRÍTICA DE EL LÁPIZ
DEL CARPINTERO
Es una novela escrita por Manuel
Rivas en 1998 y llevada a la gran pantalla en 2003. El escritor, nacido en La
Coruña en 1957, es también ensayista, poeta y periodista. Su obra se desarrolla
principalmente en gallego, siendo ganador del Premio de la Crítica de narrativa
gallega en 1989 por la obra “Un millón de vacas”.
Esta obra tiene como eje
argumental una historia de amor enmarcada en la guerra civil española entre los
personajes de Marisa Mallo y el doctor Daniel Da Barca, ensombrecida por la
envidia creciente de un sargento franquista. La trama está narrada desde la
óptica de este mismo, un guardia de prisiones de Santiago de Compostela,
Herbal, que será el que presente a los diversos personajes que van apareciendo en
la novela, la mayoría de ellos prisioneros detenidos tras la sublevación
militar del 36.
Herbal fue
carcelero en distintas prisiones durante la Guerra Civil española y ahora
trabaja en un club de alterne. Le cuenta a una de las prostitutas sus
experiencias pasadas relacionadas con Daniel Da Barca, un doctor republicano encarcelado
y novio de Marisa Mallo, amor desde la infancia de Herbal. Este se erige en ciertas
ocasiones como su protector y en otras como su yugo. Su buen comportamiento con
Daniel está movido por un lápiz de carpintero que perteneció a un pintor al que
fusiló, y que funciona como una voz interior que le dicta lo que ha de hacer.
Finalmente, tras varias estancias por diversas cárceles españolas, el doctor Da
Barca se casa con Marisa Mallo y no es liberado hasta los años 50. Por su
parte, Herbal es encarcelado por asesinar a su cuñado, que trataba se forma
pésima a su hermana. Al terminar su relato Herbal le regala el lápiz del
carpintero a la prostituta con la que se sincera.
El autor sitúa la trama en un
momento determinado de la Historia de España y en una zona concreta mediante la mención de
fechas, lugares, hechos y personajes (las elecciones de febrero de 1936, la
revolución minera de 1934, la figura del General Franco o la catedral de
Santiago). Además, el autor hace referencia a tiempos previos la guerra
mediante los recuerdos de la infancia de Herbal.
En cuanto a su estructura externa,
la novela se divide en veinte capítulos; y en su estructura interna se
diferencia el planteamiento, que engloba la presentación de los personajes y el
ingreso en prisión de Da Barca; el nudo, compuesto por el paso del doctor por
las cáceles de Santiago, de Coruña y de Valencia; y el desenlace, que recoge
cuando el doctor es liberado y Herbal encarcelado por la muerte de su cuñado.
Cabe destacar la gran cantidad de saltos en el tiempo y la falta de guiones
para introducir diálogos, herencia de la experimentación narrativa de años
anteriores, y el registro coloquial que emplean los personajes para comunicarse
entre ellos. Esto aparece unido a un lenguaje con una gran carga de poeticidad,
plagado de metáforas e imágenes simbólicas, como la presencia del reloj parado
en la estación, símbolo del estancamiento global que
vivía en país durante el periodo de la guerra.
También resulta llamativa la
convivencia entre la crueldad presente en el ambiente en el que se mueven los
personajes –las cárceles, las enfermedades…- con la fantasía que viene de la
mano del lápiz del carpintero y la figura del pintor asesinado, que recuerda al
realismo mágico hispanoamericano de los años 60. Rivas también trata un tema muy actual como es
el machismo y la baja consideración de la mujer a través del personaje de
Beatriz, la hermana de Herbal, y su marido.
Con todo, se puede afirmar que “El
lápiz del carpintero” es una novela que refleja la dura realidad española de
los años treinta, acompañada de una idílica historia de amor que aporta
esperanza a la miseria.