lunes, 18 de febrero de 2019

Texto para comentar. 2ºBACH


SOLO FALTAN LOS DETALLES, de John Horgan 13/01/1999

Los descubrimientos científicos se pueden comparar con el descubrimiento de la Tierra. Cuanto más sabemos sobre la Tierra, menos nos queda por descubrir. Hemos hecho mapas de todos los continentes, océanos, cordilleras y ríos. Ahora estamos entrando en los detalles. De vez en cuando aparecerá algo interesante. Encontraremos una nueva especie de lémur en Madagascar, o alguna bacteria extraña que viva en fosas marinas. Pero a estas alturas es improbable que descubramos algo que sea realmente sorprendente, como la Atlántida, el continente perdido, o dinosaurios que vivan en el interior de la tierra.
Del mismo modo, es improbable que los científicos descubran algo que supere el Big Bang, la mecánica cuántica, la relatividad, la selección natural o la genética basada en el ADN. Por supuesto que nos faltan detalles que añadir, pero las grandes sorpresas son poco probables.
Esto no quiere decir que los científicos hayan dado respuesta a todos los grandes interrogantes. Maddox hace un trabajo excelente al revisar en su nuevo libro algunas de las grandes incógnitas que todavía quedan. Pero John no se plantea nunca seriamente la posibilidad de que no haya respuesta para algunas de esas preguntas.
Por ejemplo, la teoría del Big Bang plantea algún interrogante bastante evidente: ¿por qué se produjo el Big Bang y qué le precedió, si es que hubo algo? La propia ciencia nos sugiere que quizá no lo sepamos nunca, dado que el origen del universo está demasiado lejos de nosotros. John dice que como la teoría del Big Bang deja algunas grandes preguntas sin respuesta, debe ser sustituida por una teoría totalmente nueva. Eso tendría tan poco sentido como rechazar la teoría de la evolución de Darwin porque no puede explicar el origen de la vida.
John señala que la comprensión de la mente por parte ,de la ciencia «es apenas más clara que a principios de siglo». Pero luego insinúa que la falta de avances en campos relacionados con la mente implica que nos esperan grandes cosas. En otras palabras, que los fracasos del pasado predicen el éxito del futuro. Eso no es un argumento; es una expresión de fe. Muchos científicos están empezando a creer que la conciencia, el libre albedrío y otros enigmas que plantean nuestras mentes pueden no ser científicamente reducibles.
Mucha gente comparte la opinión de Maddox sobre el progreso científico. Es comprensible. Todos nosotros hemos crecido en un periodo de explosión de progresos científicos, así que es natural que demos por sentado que estos progresos continuarán posiblemente siempre. Pero la lógica da a entender que la época moderna de progreso científico explosivo podría ser una anomalía histórica, un producto de una convergencia muy particular de factores sociales, intelectuales y políticos.
Si aceptamos que la ciencia tiene sus límites —y la ciencia nos dice que los tiene—, la cuestión no es entonces si la ciencia tocará a su fin, sino cuándo.