martes, 11 de diciembre de 2018

APUNTES TEATRO ANTERIOR A 1936. 2ºBACH


TEATRO ANTERIOR A 1936
Contexto histórico
A principios del s. XX el teatro español estaba anclado en una comedia de costumbres burguesas, conformista y complaciente, con un público formado por las clases medias. A medida que avanza el siglo, la divergencia entre el teatro español y el teatro europeo, mucho más plural e innovador, se fue acrecentando. Hasta 1920 no se produce la renovación del teatro, que será llevada a cabo por Valle-Inclán y García Lorca. Durante estos años encontramos, por tanto, varias tendencias.

1) Un teatro tradicionalista o comercial: del agrado del público, que llena las salas de gente de clase media o burguesa. Es un teatro inmovilista, decadente y poco creativo. Distinguimos tres tendencias dentro de este teatro comercial:

1.a. La comedia burguesa: el máximo representante fue Jacinto Benavente, premio Nobel en 1922. Modernizó la escena española reaccionando contra el drama grandilocuente de Echegaray y acercando el teatro a la mentalidad de la época. Produce un nuevo teatro realista que expone las costumbres burguesas censurando "amablemente" sus vicios y prejuicios. Sus mejores obras fueron La malquerida y Los intereses creados, donde funde elementos del teatro clásico español y la comedia del arte italiana.

1.b. El teatro poético: se escribe en verso y destaca por su estilo retórico y la creación de ambientes exóticos del pasado medieval. Un ejemplo de ello son las obras de Eduardo Marquina (Las hijas del Cid, En Flandes se ha puesto el sol) o Francisco Villaespesa (El alcázar de las perlas).

1.c. El teatro cómico, continuador del teatro del siglo anterior. Representada por los hermanos Serafín y Joaquín Álvarez Quintero, que reflejan la sociedad andaluza estereotipada (El genio alegre), y Carlos Arniches (La señorita de Trévelez), que ambienta sus obras en la sociedad madrileña. Este modo de hacer teatro se sirve del sainete, cuyos rasgos son: el uso de personajes sin profundidad psicológica, plantea escenas costumbristas y los diálogos están llenos de chistes con un propósito humorístico y reproducen el lenguaje castizo. Cabe mencionar la obra de Pedro Muñoz Seca, creador del “astracán”, un subgénero teatral que pretende provocar la risotada mediante situaciones disparatadas. Destaca La venganza de don Mendo, burla de las convenciones del teatro clásico.
2) Un teatro innovador: Paralelamente a este teatro, surgen voces que quieren explorar nuevas formas de expresión dramática en consonancia con las corrientes europeas.

2.a. Los autores de la Generación de 98 iniciaron unos intentos de renovación mediante un cambio en el planteamiento de la obra teatral con el llamado “teatro de ideas”, en el que la obra sirve como vehículo de difusión de las ideas. Destaca Unamuno con Fedra (1910) y El otro (1926). Son obras de carácter psicológico que abordan conflictos existenciales, con escenografía desnuda o escasa y una honda significación moral que se recoge en forma de diálogos muy densos; por otro lado, está Azorín, con la trilogía Lo invisible (1928).
2.b. Sin embargo, la verdadera revolución teatral vino de la mano de Ramón Mª del Valle-Inclán y Federico García Lorca con lo que se conoce como TEATRO VANGUARDISTA. Este teatro experimental estuvo representado también por Ramón Gómez de la Serna (Los medios seres), o Jacinto Grau con El señor de Pigmalión (1921).
VALLE-INCLÁN es un hombre de la Generación del 98, de amplia producción literaria. Escribe cuentos, novelas, teatro y poesía. Los críticos suelen hablar de varias etapas en su producción teatral: - El ciclo mítico, para obras ambientadas en una Galicia rural y supersticiosa, como sucede en Divinas palabras (1920)
- El ciclo de la farsa, obras donde se contrapone los sentimental y lo grotesco como Farsa infantil de la cabeza del dragón (1909)
- El ciclo del esperpento, como se manifiesta en Luces de bohemia, Los cuernos de don Friolera (1921), Las galas del difunto (1926) y La hija del capitán (1927). Los tres últimos reunidos con el título Martes de carnaval. El lenguaje distorsionado, las situaciones absurdas, la deformación sistemática de la realidad, lo hiperbólico y la degradación de los personajes (cosificados, como “peleles”) son las notas que caracterizan el nuevo subgénero teatral del “esperpento” creado por Valle-Inclán. A través de él rechazará el realismo burgués del teatro anterior.

Luces de Bohemia (1920) es ejemplo de ello. Valle se inspira en los espejos cóncavos del madrileño callejón del Gato para ofrecer una visión deformada y crítica de la realidad de su tiempo. Se observa en la obra la hipérbole degradante y pesimista de escritores clásicos como Quevedo o de pintores como Goya. Max Estrella y don Latino de Híspalis hacen un repaso del Madrid más hipócrita y grotesco que deja morir el arte y la voluntad de cambio representada por el mundo de la bohemia literaria.
En el caso de FEDERICO GARCÍA LORCA, destacaremos, además de su valor como poeta de la Generación del 27, sus farsas, dramas y tragedias. Todas las obras, unas veces en prosa y otras en verso, sobresalen por el uso de un lenguaje marcadamente poético y simbólico.
- Primera etapa: Su primera obra tuvo como fuente la historia del pasado español: Mariana Pineda, drama histórico publicado en 1925.
- Segunda etapa: obras como Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín o La zapatera prodigiosa, son piezas cómicas, llamadas también farsas, y en ellas se funden lo lírico y lo grotesco. Otros títulos de obras surrealistas y simbólicas, de difícil interpretación son El público o Así pasen cinco años.
- Tercera etapa: Obras como Yerma (1934), Bodas de sangre (1933), La casa de Bernarda Alba (1936) son tragedias rurales ambientadas en el mundo andaluz; en ellas las mujeres viven en el mundo cerrado y reprimido de la época, incapaces de romper sus límites y condicionamientos. 
García Lorca buscaba elevar la sensibilidad del pueblo hacia el género teatral y por eso las obras se convierten en un espectáculo en el que se combinan los valores no solo del texto en sí, sino también de la escenografía, música y danza. Por ese mismo motivo, durante los años de la República española, García Lorca se dedicó a la fomentar la afición teatral entre las clases populares y, como integrante del grupo La Barraca, realizó una importante difusión d este género haciendo representaciones en distintos pueblos y ciudades españolas.
Mención aparte merece el teatro de ALEJANDRO CASONA, con un teatro simbólico lleno de fantasía y misterio (La sirena varada, Nuestra Natacha, La dama del alba), o MAX AUB, autor de un teatro vanguardista (El rapto de Europa, Morir por cerrar los ojos).