1.
Resume el texto (5 líneas aprox.)
2.
Redacta un texto argumentativo: ¿Qué opinas del uso que hacen los
jóvenes del teléfono móvil en la actualidad?
Los
héroes de hoy, como los antiguos, también van armados con una lanza
para matar al dragón que tiene cautiva a una bella princesa. En este
caso la lanza es el teléfono móvil, que concede al adolescente un
gran poder. El whatsapp transforma al cobarde en valiente, al tímido
en audaz, al tonto en listo, al tipo duro en un castigador ilimitado,
solo que en estos ritos de iniciación también las princesas
cautivas usan la misma arma y ya no necesitan ayuda de ningún héroe
para escapar del dragón.
Tanto
ellos como ellas saben que sin el móvil no son nada. No creo que
exista ningún adolescente que al darse cuenta en medio de la noche
de que ha olvidado el móvil no se sienta un guerrero desnudo,
desarmado y trate de recuperar a toda costa su lanza. La esencia de
esta nueva arma es la inmediatez. En los whatsapps la rapidez en
responder a las llamadas es más determinante que el contenido de los
propios mensajes. Si no contestas de forma instantánea puedes quedar
fuera de combate, puesto que los mensajes de la amiga, del amante,
del novio, del desconocido se acumulan, se superponen y serás
inmediatamente suplantado. Tener el móvil apagado engendra una
suspicacia morbosa en la pareja, que puede desembocar en una tormenta
de celos si no estás permanentemente conectado.
Antes
los enamorados se eternizaban en la despedida por el viejo teléfono.
Cuelga tú; no, cuelga tú; anda, cuelga tú. En cambio, hoy los
móviles se diseñan para poder expresar una idiotez cada día un
segundo más rápido. La neurosis de los mensajes superpuestos,
inmediatos ha llegado al extremo de que muchos adolescentes y también
adultos perciben que les vibra el móvil en el cuerpo aunque lo hayan
dejado en casa. Esta falsa vibración es un síndrome de la necesidad
de esa llamada, de esa respuesta, real o imaginaria, que se espera
con angustia, sin la cual uno se siente solo en el mundo.
(Manuel
Vicent, “La lanza”, en El País, 2013)